2014 - Bicentenario de la Campaña Naval Libertadora Browniana en el Río de la Plata Regreso de los Combatientes Regreso de los Combatientes El
15 de Junio de 1982, el Buque Hospital ARA “Almirate Irizar”, había
completado el helidesembarco de los 420 heridos recibidos desde el
inicio de Junio en Malvinas directamente en el helipuerto del Hospital
Militar de Comodoro Rivadavia. Finalizada esta tarea, el “Irizar”
emprendió inmediatamente el regreso a Puerto Argentino para estar
disponible para recibir y trasladar a
la Argentina Continental y a
partir del momento que se decidiera, a los combatientes argentinos
prisioneros de los Ingleses. En las últimas horas de este último cruce hasta la isla y al ingresar a la bahìa de Puerto Groussac, la anterior a la de Puerto Argentino, el “Irizar” encontró, anclado sobre la margen Izquierda de la bahía, al Crucero Liviano Británico HMS “Glamorgan”, del cual pasó lentamente navegando a unos 150 metros de distancia.
Crucero
Liviano HMS “Glamorgan” Durante la última semana, el Glamorgan, junto a otros destructores y fragatas británicas, había estado efectuando fuego naval sobre las tropas argentinas que defendían los alrededores de Puerto Argentino. La tarea se había vuelto casi rutinaria, lejos del alcance de las armas argentinas, los buques solo tenían que pasar navegando y descargar toda su artillería, agotada la munición, retornaban a cargar sus santabárbaras para luego comenzar otro circuito de bombardeo.
HMS
“Glamorgan” - Fuego Naval nocturno sobre Supper Hill Las
fuerzas argentinas intentaron disuadir a los barcos ingleses con fuego
de artillería terrestre utilizando los cañones de largo alcance SOFMA
de 155 milímetros y 22 kms efectividad, los que a esa distancia no
tenían
la precisión necesaria para afectar un blanco tan pequeño como un
barco en movimiento.
El
HMS “Glamorgan”, fuego naval con torre doble de 4,5 pulgadas
de calibre. Ante
la necesidad de acabar con el hostigamiento británico sobre nuestras
tropas, personal de la Armada Argentina se ingenió para adaptar dos
misiles superficie – superficie Exocet MM-38, diseñados para ser
lanzados desde buques, para
que lo sean desde tierra, utilizando como basamento un viejo tráiler de
municiones de la Base Naval de Puerto Belgrano.
Trailer
transportando una pareja de misiles Exocet MM-38 El conjunto misiles-trailer-plataforma inercial, fue
complementado con un grupo
electrógeno portátil y como sensor de búsqueda e información previo
al lanzamiento, con una radar antipersonal de infantería “Rasit”,
diseñado para detectar movimientos de personas a pequeñas distancias;
salvadas las dificultades de adaptación de todos estos componentes a
puro esfuerzo e imaginación, el personal del Taller de Misiles del
Arsenal Naval, empezó la vigilia a la espera que, alguno de los buques
que bombardeaba permanentemente a nuestras tropas, quedara dentro de la
ventana de azimut y distancia que la batería de los misiles, así
armados, permitían controlar. Entre el 10 y el 13 de Junio, la ubicación
de la batería fue cambiada en varias oportunidades buscando mejores
posiciones de adquisición de blancos, como así también, evitar ser
destruidos por comandos o bombardeos navales o aéreos británicos; así
fue que con no poco esfuerzo, se trasladó la batería desde su posición
inicial en el cerro Supper Hill, al cabo Cape Pembrocke, luego a Eliza
Cove y finalmente a Hookers Point.
Batería
Terrestre de Lanzamiento de Misiles Exocet MM-38 Así fue que, en la madrugada del 12 de junio de 1982, un eco mediano fue detectado por el radar lo que provocó se pusiera en marcha la secuencia de adquisición de los datos del blanco para su incorporación a la computadora del misil, para luego cargarse en sus memorias el tipo de trayectoria, ordenes de apertura de los sensores propios y forma de activación de la cabeza de combate del mismo. Dado que la distancia a la que se encontraba el blanco se aproximaba al límite del alcance del misil (cerca de 18 Millas Náuticas, unos 33 kms), se decidió ordenarle que hiciera la derrota con mayor probabilidad de adquisición e impacto, aunque esto obligara al misil a volar más alto y a comenzar a buscar con su radar a mucha distancia, (ambas situaciones aumentaban la probabilidad de detección temprana por parte del Glamorgan), por lo el Exocet voló a (7) siete metros de la superficie del agua (podría haberlo hecho a 5, 3 o 1,5 metros) y comenzó a buscar a 10 milla Náuticas del blanco y su cabeza de combate fue programada para estallar por contacto directo (cosa que no ocurrió) o por tiempo desde el cálculo final del baricentro radar (hecho que se produjo).
Carta
Náutica Británica mostrando la evolución del Glamorgan y el volido
del Exocet Cerca de las siete de la obscura madrugada del 13 de Junio el Glamorgan navegaba a 18 Millas Náuticas de la costa comenzando a retirarse de la corrida de tiro luego de agotar la munición de artillería de 4,5 pulgadas de calibre existente en su santabárbara, a 0657 Hrs. Y, finalizado su volido, el Exocet estalló a mitad del baricentro radar que obtuvo con su radar, descargando, además de la onda expansiva de la deflagración, una gran cantidad de esquirlas de su cabeza de combate, fragmentada para direccionarlas en varias líneas paralelas y hacia abajo.
El
Crucero Liviano HMS “Glamorgan” navegando a toda máquina. Pese
a haberse elegido para el misil, la trayectoria menos encubierta,
ninguno de los radares 965M y 992Q del Glamorgan detectaron su
aproximación; la primer alerta se presentó cuando el oficial de
guardia lo detectó en el radar de navegación solamente 20 segundos
antes del impacto por lo que ordenó caer a estribor poniendo la popa al
misil, efectuó el lanzamiento de Misiles antiaéreos Sea Cat y trató
de desorientar a la cabeza buscadora del Exocet, lanzando señuelos
Chaff, ambos acciones sin ningún éxito. El
resultado inmediato de la explosión fue la voladura del hangar y la
explosión del helicóptero Wessex hangarado en su interior, la rápida
propagación del incendio y un black out generalizado que dejó el buque
al garete, sin propulsión y envuelto en una intensa obscuridad. Lenta
pero imparablemente la escora del buque continuaba creciendo a babor.
Urgentes maniobras de lastrado de tanques con agua de mar fueron
necesarias para evitar que finalmente una vuelta de campana terminara
con el barco. A 0720 pudieron circunscribir el incendio del hangar A 0734 iniciaron la construcción de mamparos portátiles
para contener las superficies libres provocadas por el agua utilizada
para dominar los fuegos y empezaron el ataque a la
inundación con bombas de achique portátiles. A 0758 la escora llegó a 12 º, e inician el lastrado de tanques con agua de mar para adrizar el barco y recuperar algo de su estabilidad transversal. A 0831 logran
llevar a 4º la escora sin poder adrizar totalmente el casco. A 1154 apagan
finalmente todo los incendios y logran eliminar toda el agua de abordo. Nunca
hasta esa circunstancia, fuerza armada del mundo, había efectuado un
lanzamiento de este tipo, situación que sorprendió al Glamorgan, a su
tripulación, a la Fuerza de Tareas Británica y a la industria de las
armas del mundo. Este último lanzamiento de un misil exocet desde una batería en tierra, terminaría de consolidar el cambio en las tácticas y las estrategias de la guerra naval moderna, iniciada con el lanzamiento de misiles Exocet MM-40 desde aviones Super Etandart de la Aviación Naval de la Armada Argentina. Caza
bombardero Super Etandart de la Armada Argentina portando un misil
Exocet MM-40 La
aparición de los exocets lanzados por la Armada Argentina, terminarían
con el hundimiento del Destructor HMS “Shefield”, corazón de las
defensas antiaéreas inglesas y las serias averías causadas en el
carguero portacontenedores RFA “Atlántic Conveyor”, logístico
Ingles donde, entre otros abastecimientos de vital importancia,
perdieron cinco helicópteros de gran porte S-53 Chinook, la gran mayoría
de las tiendas de campaña embarcadas para las brigadas desembarcadas en
San Carlos y el Portaviones HMS “Invencible”, corazón de la Fuerza
de Tareas Británica, el que debido a sus serias averías tardó varios
meses en regresar a su base en Portsmouth.
Destructor HMS “Shefield” incendiándose luego de ser impactado en su banda de Estribor
Buque
Porta Contenedores RFA “Atlantic Conveyor” destruido totalmente por
el incendio Durante el cruce con el “Irizar”, el HMS “Glamorgan”, presentaba serias averías a simple vista, el hangar de helicópteros estaba totalmente calcinado por el fuego, el mamparo de su banda de babor destruido, su techo completamente desplomado, desde el colgaba pesadamente la inmensa antena del radar del director de control tiro MRS-3 de los misiles Sea Slug. Más
a proa, la cubierta principal presentaba una impresionante abolladura,
como si una mano gigantesca le hubiera pegado un puñetazo desde arriba.
Banda
de babor del Glamorgan, averías en la cubierta principal y hangar de
helicópteros. El
mamparo del hangar, la cubierta de acero de la banda de babor y el
costado del barco, mostraban las huellas de las esquirlas de la cabeza
explosiva del misil; superada la chapa de acero de la cubierta, las
esquirlas alcanzaron el cuarto de control de máquinas y rápidamente
produjeron un black out, dejando el buque a obscuras y sin energía para
emprender la lucha contra el voraz incendio.
Tripulantes
del Glamorgan y
la cubierta destruida por el Exocet
Una
intensa actividad a bordo y a sus alrededores, luchando para salvar el
buque, daban cuenta de la magnitud de la avería.
Restos del hangar al fondo y la cubierta con un agujero de 1,50 x 3 metros
Finalmente,
luego del impacto del exocet y cuatro horas y media de combate contra el
fuego y las inundaciones, la armada británica tuvo que lamentar
veinticuatro heridos y trece muertos entre sus tripulantes, estos últimos
fueron sepultados en alta mar. Recién el 10 de julio, el Glamorgan
ingresaría definitivamente a su apostadero habitual en la Base
Naval de Portsmouth.
Un
helicóptero SH-53 Chinook, retirando los restos del helicóptero Wessex
del Glamorgan. Con
el tiempo Inglaterra copiaría el diseño argentino de la batería
terrestre del Exocet MM-38 y la instalaría como defensa de costa en su
enclave de Gibraltar, frente al estrecho.
Director de tiro de misiles Sea Cat y santabárbara de misiles Sea Slug desvastados. También,
con el tiempo, Chile, aliado de Inglaterra durante el conflicto,
incorporaría a su armada varios buques ingleses usados en Malvinas, así
fue que el 01de Octubre de 1986 recibió al HMS “Glamorgan” bajo la
denominación de Destructor “Almirante Latorre”, el que estaría en
servicio hasta Diciembre de 1998. También en 1984 incorporó a los
destructores HMS “Amtrim” como el Destructor Portahelicópteros
“Almirante Cochrane”
y al HMS “Fife”, como “Almirante Blanco Encalada”. El
“Irízar” fondeado nuevamente en Puerto Argentino
Habiendo
dejado atrás al Glamorgan, finalmente, el “Irizar” fondeò el 20 de
Junio al fondo de Puerto Groussac, inmediatamente frente a Puerto
Argentino, fondeadero ya conocido por haberlo usado en plena batalla
final entre el 10 y el 14 de Junio.
En esta oportunidad estaba rodeado de barcos de guerra y
mercantes ingleses de todo tipo y tamaño.
La bahía de Puerto Argentino colmada de buques británicos fondeados. A
su estribor había quedado
el Buque de Desembarco Dique HMS “Fearless” desde donde se efectuaba
una intensa actividad de traslado de personal
por medio de vehículos anfibios de todo
tipo.
Buque
Anfibio HMS “Fearless”, fondeado en Pto. Groussac Fondeado
a su proa, un mercante “Car-Carrier” (transporte de vehículos) tipo
Panamax, el cual tenía desplegada su rampa de desembarco popel hasta el
agua, por la cual se divisaban un grupo
de vehículos anfibios que operaban hacia y desde la costa;
Lanchas de Desembarco de Personal del HMS “”Fearless
También
en el interior del Car Carrier, se divisaban a simple vista, tractores
cambiando de bodega a un grupo de aviones de despegue vertical Mac
Donnell AV-8 del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos
de Norte América, (símil del Sea Harrier de la Royal Navy o el Harrier
GR-5 de la Royal Air Force), los que mantenían hasta
ese momento, el casco pintado color arena, las insignias
norteamericanas (estrella y bandera) y la denominación en grandes
letras marrón oscuro “USMC”.
Caza
bombardero de despegue vertical AV-8 del USMC
A
su Babor, otro Panamax Car-Carrier y
una fragata Tipo 12 y, más alejado y hacia popa,
el buque de Transporte de Tropas HMS “Camberra” y otra
treintena de barcos mercantes, de guerra de la Armada Real y de la Flota
Auxiliar Británica.
Tensión
en el fondeadero: Todos
los buques fondeados mantenía un estricto silencio de radio, durante el día, helicópteros artillados
patrullaban permanentemente la zona, las embarcaciones inglesas y
argentinas (ambulancias) eran verificadas a cada momento cuando se
desplazaban, se percibía en el ambiente un gran nerviosismo en las tropas
Inglesas y flotaba entre ellas, la sensación de que la Argentina rompería
el armisticio y volvería a atacar; durante la noche, toda la ciudad y los
buques en el fondeadero, mantenían un cerrado “Oscurecimiento”, sólo
las luces de alguna linterna de mano o las reducidas de algún vehículo
militar, se dejaban ver, un
ataque aéreo sobre un fondeadero relativamente pequeño y abarrotado de
barcos, podría haber sido un desastre para la fuerza de desembarco británica.
Una decena
de buques ingleses en el fondeadero de Puerto Argentino
Las
fuerzas inglesas organizaron un gigantesco operativo de cohersión sobre
las autoridades argentinas, la selección de qué prisioneros liberaban
para ser trasladados hacia la Argentina Continental fue la solución que
imaginaron, comenzaron a separar inicialmente a los combatientes de mayor
rango y luego les agregaron a los que tenían conocimientos profesionales
avanzados, por decirlo de otra manera, liberaban a un cabo cocinero, pero
retenían a un cabo especialista en Control de Tiro. Todos estos hombres
fueron desplazados de Puerto Argentino y llevados al Buque RFA “Saint
Edmund” y a un frigorífico abandonado en cercanías del Puerto San
Carlos, ambos transformados en Prisiones Militares. Estos 600 rehenes,
fueron los últimos argentinos en retornar al continente, el “St.
Edmund”, finalmente los traslado el 14 de Julio desde San Carlos a
Puerto Madryn.
La Goleta
“Penélope”, amarrada
a boyón en Puerto Argentino.
Desde su
arribo y durante dos días estuvo el “Irizar” recibiendo dia y noche
combatientes argentinos enviados por los británicos desde los muelles de
Puerto Argentino, realizaban inicialmente esta tarea lanchas del "Irizar",
la Goleta “Penélope” y el Remolcador de Mar “Yehuin”, todos a
cargo de tripulaciones nacionales. Pasados los primeros viajes, en el
Yehuin fueron relevados por Kelpers, los que actuaban como timoneles y
marineros de cubierta y un nutrido grupo de infantes de marina ingleses
fuertemente armados que comandaban el barco y custodiaban a los nuestros.
El
Remolcador de Mar “Yehuin” transportando tropas argentinas hasta el
“Irizar” Al arribar cada contingente, la tensión aumentaba a límites
pocas veces experimentados por todos, en cada oportunidad, quedábamos a
uno o dos metros de distancia de las tropas británicas, las que se
mostraban extremadamente nerviosas, nos apuntaban sin disimulo con su
armas automáticas y estaban prontas a abrir el fuego, cualquier
movimiento brusco u orden dada en español a los nuestros los alteraba,
tuvimos que hacer uso de nuestra máxima capacidad de convencimiento para
disuadirlos de tomar acciones extremas. La repetición de los viajes y el
mínimo conocimiento entre profesionales de la guerra, permitió bajar un
poco la tensión reinante durante estas maniobras. Limadas las dudas
iniciales, estando el "Yehuín" atracado a estribor del "Irizar", se acercó
el kelper timonel del remolcador solicitando hablar con un oficial del
hospital, concretada la reunión, sólo expresó su agradecimiento hacia
las tropas argentinas, las que pese a haber estado 74 días en Puerto
Argentino, habían “respetado a sus mujeres, sin abusar de ellas”. En
la noche cerrada del 20 de Junio, los Ingleses dejaron de enviar
combatientes desde tierra, la situación no era lo suficientemente clara,
habían comenzado a enviar argentinos a prisiones militares organizadas a
bordo del barco Ingles “Saint Edmund” y en un viejo frigorífico
abandonado en cercanías de Puerto San Carlos. Rumores indicaban que el
buque hospital podría quedar retenido con toda su gente a bordo, el
Irizar decidió zarpar hacia la argentina continental lo más rápido
posible, la maniobra no fue náuticamente sencilla, estaba al fondo del
fondeadero y rodeado de buques enemigos los que cumplían un
oscurecimiento absoluto, en la negrura de la noche solo interrumpida por
algún copo de nieve, apenas se divisaban las siluetas de los barcos, solo
la calma relativa del viento y la pantalla del radar lo ayudaban durante
la maniobra, una vez más la experiencia de la tripulación del barco se
puso a prueba, levó su ancla y giró casi en un punto hasta alcanzar el
rumbo de salida, frente a su proa quedaba apenas formada una delgada calle
de salida entre las dos filas de barcos ingleses anclados, sus máquinas
lo impulsaron a baja velocidad, a sus lados fueron quedando diferentes
barcos mercantes y de guerra de todo tipo, lentamente pasó frente al
Camberra abarrotado de
combatientes ingleses en sus cubiertas que nos miraban con sorpresa, casi
al final de la calle, una fragata tipo 12 fuera de la línea de fondeo hacía
destellar insistentemente su luces de banda verdes y roja para indicarnos
que estaba anclada en nuestro rumbo, un golpe de timón dejó a la fragata
por nuestro estribor y solo a unos 40 metros, tan cerca pasaron que la
cadena del ancla se vio casi debajo de nuestro casco.
Al amanecer los perdimos de vista, sólo esperábanos que un grupo
de Harriers nos obligaran a regresar.
Fragata
HMS “Antelop” fondeada en Puerto Argentino Ya
en navegación, comenzó la ardua tarea de contener a nuestros
combatientes, la tarea no fue sencilla, el "Irizar", pese
a su gran tamaño exterior, sólo es un barco con 220 camas, de las
cuales solo 40 son para pasajeros, al que se le habían agregado 160 camas
en bodegas como hospital, así que con 1719 hombres a bordo, hubo que
improvisar alojamientos en cualquier lugar cubierto del barco. Los
primeros esfuerzos pasaron por brindar asistencia sanitaria, odontológica
y sicológica a los que lo necesitan, mejorar la alimentación recibida en
los últimos días de combate y los interminablemente fríos días de
cautiverio, ducha caliente sin límites, cambio total de ropa interior y
lavado de los uniformes de combate, etc. Con
el tiempo, el sueño profundo bajo un techo amigo, las charlas con
profesionales, amigos, sacerdotes, tripulantes y compañeros de tanto
sacrificio, libros, revistas, películas, el tiempo necesario para la
reflexión, la esperanza de reunirse con los seres queridos, fueron
haciendo su efecto, logrando el relajamiento final, ganado con tanto valor
y sacrificio. El
buque puso proa al Puerto de Ushuaia, donde el 22 de junio desembarcó 415
Infantes de Marina y 62 hombres de la Fuerza Aérea los que fueron
trasladados hacia el norte en
aviones Focker F-28 de la Fuerza Aeronaval Número Uno. El muelle se llenó
de voluntarios para recibir a sus combatientes, darles su bienvenida y
colaborar con los vehículos militares de la armada para trasladarlos
hasta el aeropuerto. Finalizado
el desembarco el Irizar zarpó rumbo a Puerto Madryn, donde arribó el 26
de junio al mediodía, en el muelle “Almirante Storni”, se repetían
las escenas vividas en Ushuaia, una interminable columna de vehículos
civiles y militares de agrupaban para recibir a nuestros hombres,
camiones, motos, taxis, ambulancias y bicicletas se entremezclaban, todos
quería ayudar, convidar un mate, una factura, un café, charlar un rato,
dar una mano. Poco a poco la columna se fue organizando y los 956 hombres
del ejército fueron desembarcados para su traslado hacia el aeropuerto de
Trelew. Por
la tarde, nuevamente soltó amarras, iniciando así su viaje hasta la base
Naval de Puerto Belgrano, donde arribó el 28 de Junio para desembarcar
todo el personal sanitario que se agregó a su dotación original para
conformar el buque hospital.
El Buque Hospital ARA “Almirante Irizar” amarrado
definitivamente en Buenos Aires Nuevamente
en navegación se dirigió al Río de la Plata, tomando la Cabecera de la
Dársena “A” del Puerto de Buenos Aires el primero de Julio de 1982.
Una inmensa y felíz marea humana los esperaba, todos quería festejar el
regreso y olvidar tanto sufrimiento, demasiadas cosas habían ocurrido en
los últimos meses, tripulantes y familiares merecían un poco de
tranquilidad. Los recuerdos de un sinnúmero de situaciones en extremo,
riesgosas y estresantes, los perseguirían por muchos años. El Hospital ARA “Bahía
Paraíso”: Habiendo regresado a las islas, entre el 18 y 19 de Junio embarca en Puerto Groussac 1.660 ex prisioneros, a los que traslada al Puerto de Punta Quilla en santa Cruz. Nuevamente en Puerto Argentino recibe el 22 de Junio 255 combatientes más. Evacuó hacia el continente un total de 1984 personas de las cuales 690 eran de la Armada, 1032 del Ejército, 198 de la Fuerza Aérea y 64 civiles. Sus actuaciones como buque hospital continuaron hasta el 24 Junio en que amarró en la Base Naval de Puerto Belgrano para desembarcar al grupo sanitario y proceder a su desafectación como buque hospital.
Otros barcos
Argentinos e Ingleses, trasladaron combatientes hasta la argentina
continental:
CONDECORACIONES A LOS
COMBATIENTES
El Congreso de la Nación y las Fuerzas Armadas
condecoraron a sus combatientes
El final de la aventura El
“Irizar” y el “Bahía Paraiso”, habían zarpado desde Buenos Aires
como buques antárticos a principios de Noviembre de 1981 y regresaron a
la Dársena Norte de Buenos Aires como buques hospitales, en
Julio de 1982, estando fuera de sus apostaderos habituales más de 250 días
(8 meses), habiendo navegado miles de Millas Náuticas, efectuado cientos
de horas de vuelo desde sus cubiertas,
navegando cientos de horas con sus lanchas, soportado feroces
temporales, asumido infinitos riesgos náuticos, navegando a través de
campos de hielo, sorteado témpanos con niebla cerrada, atravesando campos
minados, ingresando en pequeños fiordos, aventurándose en áreas
pobremente cartografiadas, utilizando fondeaderos de pobrísimo tenedero y
superado dificultades operativas extremas. De esta forma lograron superar sin solución de continuidad, una Campaña Antártica y la Guerra de Malvinas, donde, mostrando inmenso valor, destacable estoicismo y envidiable profesionalismo, adaptaron sus capacidades antárticas y excelente adiestramiento marinero, convirtiéndose a lo largo del conflicto de Malvinas en Buques Logísticos, en Transporte de Tropas, en Remolcadores de Mar, en Estaciones de Radar Móviles, en Buques Taller, en Hospitales, en Transportes de Aeronaves, etc. Por sus destacadas actuaciones en esta batalla, las Banderas de Guerra de ambos buques y sus tripulaciones, recibieron la condecoración "Operaciones en Combate", otorgada por el Congreso de la Nación.
A
sus Planas Mayores y Tripulaciones, nuestro infinito reconocimiento.
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Navegando en el campo de hielo | Navegando en un desfiladero de témpanos |
Rompehielos A.R.A. "General San Martín" |