2014 - Bicentenario de la Campaña Naval Libertadora Browniana en el Río de la Plata

Regreso de los Combatientes

Regreso de los Combatientes

El 15 de Junio de 1982, el Buque Hospital ARA “Almirate Irizar”, había completado el helidesembarco de los 420 heridos recibidos desde el inicio de Junio en Malvinas directamente en el helipuerto del Hospital Militar de Comodoro Rivadavia. Finalizada esta tarea, el “Irizar” emprendió inmediatamente el regreso a Puerto Argentino para estar disponible para recibir y trasladar a  la Argentina Continental y  a partir del momento que se decidiera, a los combatientes argentinos prisioneros de los Ingleses.

En las últimas horas de este último cruce hasta la isla y al ingresar a la bahìa de Puerto Groussac, la anterior a la de  Puerto Argentino, el “Irizar” encontró, anclado sobre la margen Izquierda de la bahía, al Crucero Liviano Británico HMS “Glamorgan”, del cual pasó lentamente navegando a unos 150 metros de distancia.

Crucero Liviano HMS “Glamorgan”

Durante la última semana, el Glamorgan, junto a otros destructores y fragatas británicas, había estado efectuando fuego naval sobre las tropas argentinas que defendían los alrededores de Puerto Argentino. La tarea se había vuelto casi rutinaria, lejos del alcance de las armas argentinas, los buques solo tenían que pasar navegando y descargar toda su artillería, agotada la munición, retornaban a cargar sus santabárbaras para luego comenzar otro circuito de bombardeo. 

 

HMS “Glamorgan” - Fuego Naval nocturno sobre Supper Hill

Las fuerzas argentinas intentaron disuadir a los barcos ingleses con fuego de artillería terrestre utilizando los cañones de largo alcance SOFMA de 155 milímetros y 22 kms efectividad, los que a esa distancia no tenían la precisión necesaria para afectar un blanco tan pequeño como un barco en movimiento.  

El  HMS “Glamorgan”, fuego naval con torre doble de 4,5 pulgadas de calibre.

Ante la necesidad de acabar con el hostigamiento británico sobre nuestras tropas, personal de la Armada Argentina se ingenió para adaptar dos misiles superficie – superficie Exocet MM-38, diseñados para ser lanzados desde buques,  para que lo sean desde tierra, utilizando como basamento un viejo tráiler de municiones de la Base Naval de Puerto Belgrano.  

Trailer transportando una pareja de misiles Exocet MM-38

 El conjunto misiles-trailer-plataforma inercial, fue complementado  con un grupo electrógeno portátil y como sensor de búsqueda e información previo al lanzamiento, con una radar antipersonal de infantería “Rasit”, diseñado para detectar movimientos de personas a pequeñas distancias; salvadas las dificultades de adaptación de todos estos componentes a puro esfuerzo e imaginación, el personal del Taller de Misiles del Arsenal Naval, empezó la vigilia a la espera que, alguno de los buques que bombardeaba permanentemente a nuestras tropas, quedara dentro de la ventana de azimut y distancia que la batería de los misiles, así armados, permitían controlar. Entre el 10 y el 13 de Junio, la ubicación de la batería fue cambiada en varias oportunidades buscando mejores posiciones de adquisición de blancos, como así también, evitar ser destruidos por comandos o bombardeos navales o aéreos británicos; así fue que con no poco esfuerzo, se trasladó la batería desde su posición inicial en el cerro Supper Hill, al cabo Cape Pembrocke, luego a Eliza Cove y finalmente a Hookers Point.  

Batería Terrestre de Lanzamiento de Misiles Exocet MM-38

Así fue que, en la madrugada del 12 de junio de 1982, un eco mediano fue detectado por el radar lo que provocó se pusiera en marcha la secuencia de adquisición de los datos del blanco para su incorporación a la computadora del misil, para luego cargarse en sus memorias el tipo de trayectoria, ordenes de apertura de los sensores propios y forma de activación de la cabeza de combate del mismo. Dado que la distancia a la que se encontraba el blanco se aproximaba  al límite del alcance del misil (cerca de 18 Millas Náuticas, unos 33 kms), se decidió ordenarle que hiciera la derrota con mayor probabilidad de adquisición e impacto, aunque esto obligara al misil a volar más alto y a comenzar a buscar con su radar a mucha distancia, (ambas situaciones aumentaban la probabilidad de detección temprana por parte del Glamorgan), por lo el Exocet voló a (7) siete  metros de la superficie del agua (podría haberlo hecho a 5, 3 o 1,5 metros) y comenzó a buscar a 10 milla Náuticas del blanco y su cabeza de combate fue programada para estallar por contacto directo (cosa que no ocurrió) o por tiempo desde el cálculo final del baricentro radar (hecho que se produjo). 

 

Carta Náutica Británica mostrando la evolución del Glamorgan y el volido del Exocet

Cerca de las siete  de la obscura madrugada del 13 de Junio el Glamorgan navegaba a 18 Millas Náuticas de la costa comenzando a retirarse de la corrida de tiro luego de agotar la munición de artillería de 4,5 pulgadas de calibre existente en su santabárbara, a 0657 Hrs. Y, finalizado su volido, el Exocet estalló a mitad del baricentro radar que obtuvo con su radar, descargando, además de la onda expansiva de la deflagración, una gran cantidad de esquirlas de su cabeza de combate, fragmentada para direccionarlas en varias líneas paralelas y hacia abajo.

El Crucero Liviano HMS “Glamorgan” navegando a toda máquina.

Pese a haberse elegido para el misil, la trayectoria menos encubierta, ninguno de los radares 965M y 992Q del Glamorgan detectaron su aproximación; la primer alerta se presentó cuando el oficial de guardia lo detectó en el radar de navegación solamente 20 segundos antes del impacto por lo que ordenó caer a estribor poniendo la popa al misil, efectuó el lanzamiento de Misiles antiaéreos Sea Cat y trató de desorientar a la cabeza buscadora del Exocet, lanzando señuelos Chaff, ambos acciones sin ningún éxito.

El resultado inmediato de la explosión fue la voladura del hangar y la explosión del helicóptero Wessex hangarado en su interior, la rápida propagación del incendio y un black out generalizado que dejó el buque al garete, sin propulsión y envuelto en una intensa obscuridad. Lenta pero imparablemente la escora del buque continuaba creciendo a babor. Urgentes maniobras de lastrado de tanques con agua de mar fueron necesarias para evitar que finalmente una vuelta de campana terminara con el barco. 

A 0720 pudieron circunscribir el incendio del hangar

A 0734 iniciaron la construcción de mamparos portátiles para contener las superficies libres provocadas por el agua utilizada para dominar los fuegos y empezaron el ataque a  la inundación con bombas de achique portátiles.

A 0758 la escora llegó a 12 º, e inician el lastrado de tanques con agua de mar para adrizar el barco y recuperar algo de su estabilidad transversal.

A 0831  logran llevar a 4º la escora sin poder adrizar totalmente el casco.

A 1154  apagan finalmente todo los incendios y logran eliminar toda el agua de abordo.

Nunca hasta esa circunstancia, fuerza armada del mundo, había efectuado un lanzamiento de este tipo, situación que sorprendió al Glamorgan, a su tripulación, a la Fuerza de Tareas Británica y a la industria de las armas del mundo.

Este último lanzamiento de un misil exocet desde una batería en tierra, terminaría de consolidar el cambio en las tácticas y las estrategias de la guerra  naval moderna, iniciada con el lanzamiento de misiles Exocet MM-40 desde aviones Super Etandart de la Aviación Naval de la  Armada Argentina.

Caza bombardero Super Etandart de la Armada Argentina portando un misil Exocet MM-40

La aparición de los exocets lanzados por la Armada Argentina, terminarían con el hundimiento del Destructor HMS “Shefield”, corazón de las defensas antiaéreas inglesas y las serias averías causadas en el carguero portacontenedores RFA “Atlántic Conveyor”, logístico Ingles donde, entre otros abastecimientos de vital importancia, perdieron cinco helicópteros de gran porte S-53 Chinook, la gran mayoría de las tiendas de campaña embarcadas para las brigadas desembarcadas en San Carlos y el Portaviones HMS “Invencible”, corazón de la Fuerza de Tareas Británica, el que debido a sus serias averías tardó varios meses en regresar a su base en Portsmouth.

Destructor HMS “Shefield” incendiándose luego de ser impactado en su banda de Estribor

 

 

Buque Porta Contenedores RFA “Atlantic Conveyor” destruido totalmente por el incendio

Durante el cruce con el “Irizar”, el HMS “Glamorgan”, presentaba serias averías a simple vista, el hangar de helicópteros estaba totalmente calcinado por el fuego, el mamparo de su banda de babor destruido,  su techo completamente desplomado, desde el colgaba pesadamente la inmensa  antena del radar del director de control tiro MRS-3 de los misiles Sea Slug.

 

nterior del Hangar del Glamorgan y Director de Tiro MRS-3, caído en cubierta.

Más a proa, la cubierta principal presentaba una impresionante abolladura, como si una mano gigantesca le hubiera pegado un puñetazo desde arriba.

Banda de babor del Glamorgan, averías en la cubierta principal y hangar de helicópteros.

El mamparo del hangar, la cubierta de acero de la banda de babor y el costado del barco, mostraban las huellas de las esquirlas de la cabeza explosiva del misil; superada la chapa de acero de la cubierta, las esquirlas alcanzaron el cuarto de control de máquinas y rápidamente produjeron un black out, dejando el buque a obscuras y sin energía para emprender la lucha contra el voraz incendio.

 

Tripulantes del Glamorgan  y la cubierta destruida por el Exocet

 

Una intensa actividad a bordo y a sus alrededores, luchando para salvar el buque, daban cuenta de la magnitud de la avería.

 

Restos del hangar al fondo y la cubierta con un agujero de 1,50 x 3 metros

 

Finalmente, luego del impacto del exocet y cuatro horas y media de combate contra el fuego y las inundaciones, la armada británica tuvo que lamentar veinticuatro heridos y trece muertos entre sus tripulantes, estos últimos fueron sepultados en alta mar. Recién el 10 de julio, el Glamorgan  ingresaría definitivamente a su apostadero habitual en la Base Naval de Portsmouth.

 

Un helicóptero SH-53 Chinook, retirando los restos del helicóptero Wessex del Glamorgan.  

Con el tiempo Inglaterra copiaría el diseño argentino de la batería terrestre del Exocet MM-38 y la instalaría como defensa de costa en su enclave de Gibraltar, frente al estrecho.

Director de tiro de misiles Sea Cat y santabárbara de misiles Sea Slug desvastados.

También, con el tiempo, Chile, aliado de Inglaterra durante el conflicto, incorporaría a su armada varios buques ingleses usados en Malvinas, así fue que el 01de Octubre de 1986 recibió al HMS “Glamorgan” bajo la denominación de Destructor “Almirante Latorre”, el que estaría en servicio hasta Diciembre de 1998. También en 1984 incorporó a los destructores HMS “Amtrim” como el Destructor Portahelicópteros “Almirante Cochrane”  y al HMS “Fife”, como “Almirante Blanco Encalada”.  

El “Irízar” fondeado nuevamente en Puerto Argentino  

Habiendo dejado atrás al Glamorgan, finalmente, el “Irizar” fondeò el 20 de Junio al fondo de Puerto Groussac, inmediatamente frente a Puerto Argentino, fondeadero ya conocido por haberlo usado en plena batalla final entre el 10 y el 14 de Junio.  En esta oportunidad estaba rodeado de barcos de guerra y mercantes ingleses de todo tipo y tamaño.

La bahía de Puerto Argentino colmada de buques británicos fondeados.

A su estribor había  quedado el Buque de Desembarco Dique HMS “Fearless” desde donde se efectuaba una intensa actividad de traslado de personal  por medio de vehículos anfibios de todo  tipo.

   Buque Anfibio HMS “Fearless”, fondeado en Pto. Groussac

Fondeado a su proa, un mercante “Car-Carrier” (transporte de vehículos) tipo Panamax, el cual tenía desplegada su rampa de desembarco popel hasta el agua, por la cual se divisaban un  grupo de vehículos anfibios que operaban hacia y desde la costa;

El buque anfibio HMS “Fearless” con el dique inundado, operando con helicópteros desde cubierta y anfibios a popa, fondeado en Puerto Argentino a solo 500 metros del “Irizar”.  

 

Lanchas de Desembarco de Personal del HMS “”Fearless

 

También en el interior del Car Carrier, se divisaban a simple vista, tractores cambiando de bodega a un grupo de aviones de despegue vertical Mac Donnell AV-8 del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos de Norte América, (símil del Sea Harrier de la Royal Navy o el Harrier GR-5 de la Royal Air Force), los que mantenían hasta  ese momento, el casco pintado color arena, las insignias norteamericanas (estrella y bandera) y la denominación en grandes letras marrón oscuro  “USMC”.

Caza bombardero de despegue vertical AV-8 del USMC  

 

A su Babor, otro Panamax Car-Carrier y  una fragata Tipo 12 y, más alejado y hacia popa,  el buque de Transporte de Tropas HMS “Camberra” y otra treintena de barcos mercantes, de guerra de la Armada Real y de la Flota Auxiliar Británica.                   

Tensión en el fondeadero:

Todos los buques fondeados mantenía un estricto silencio  de radio, durante el día, helicópteros artillados patrullaban permanentemente la zona, las embarcaciones inglesas y argentinas (ambulancias) eran verificadas a cada momento cuando se desplazaban, se percibía en el ambiente un gran nerviosismo en las tropas Inglesas y flotaba entre ellas, la sensación de que la Argentina rompería el armisticio y volvería a atacar; durante la noche, toda la ciudad y los buques en el fondeadero, mantenían un cerrado “Oscurecimiento”, sólo las luces de alguna linterna de mano o las reducidas de algún vehículo militar,  se dejaban ver, un ataque aéreo sobre un fondeadero relativamente pequeño y abarrotado de barcos, podría haber sido un desastre para la fuerza de desembarco británica. 

Una decena de buques ingleses en el fondeadero de Puerto Argentino  

 

Las fuerzas inglesas organizaron un gigantesco operativo de cohersión sobre las autoridades argentinas, la selección de qué prisioneros liberaban para ser trasladados hacia la Argentina Continental fue la solución que imaginaron, comenzaron a separar inicialmente a los combatientes de mayor rango y luego les agregaron a los que tenían conocimientos profesionales avanzados, por decirlo de otra manera, liberaban a un cabo cocinero, pero retenían a un cabo especialista en Control de Tiro. Todos estos hombres fueron desplazados de Puerto Argentino y llevados al Buque RFA “Saint Edmund” y a un frigorífico abandonado en cercanías del Puerto San Carlos, ambos transformados en Prisiones Militares. Estos 600 rehenes, fueron los últimos argentinos en retornar al continente, el “St. Edmund”, finalmente los traslado el 14 de Julio desde San Carlos a Puerto Madryn.  

La Goleta “Penélope”, amarrada  a boyón en Puerto Argentino.  

 

Desde su arribo y durante dos días estuvo el “Irizar” recibiendo dia y noche combatientes argentinos enviados por los británicos desde los muelles de Puerto Argentino, realizaban inicialmente esta tarea lanchas del "Irizar", la Goleta “Penélope” y el Remolcador de Mar “Yehuin”, todos a cargo de tripulaciones nacionales. Pasados los primeros viajes, en el Yehuin fueron relevados por Kelpers, los que actuaban como timoneles y marineros de cubierta y un nutrido grupo de infantes de marina ingleses fuertemente armados que comandaban el barco y custodiaban a los nuestros.

El Remolcador de Mar “Yehuin” transportando tropas argentinas hasta el “Irizar”  

Al arribar cada contingente, la tensión aumentaba a límites pocas veces experimentados por todos, en cada oportunidad, quedábamos a uno o dos metros de distancia de las tropas británicas, las que se mostraban extremadamente nerviosas, nos apuntaban sin disimulo con su armas automáticas y estaban prontas a abrir el fuego, cualquier movimiento brusco u orden dada en español a los nuestros los alteraba, tuvimos que hacer uso de nuestra máxima capacidad de convencimiento para disuadirlos de tomar acciones extremas. La repetición de los viajes y el mínimo conocimiento entre profesionales de la guerra, permitió bajar un poco la tensión reinante durante estas maniobras. Limadas las dudas iniciales, estando el "Yehuín" atracado a estribor del "Irizar", se acercó el kelper timonel del remolcador solicitando hablar con un oficial del hospital, concretada la reunión, sólo expresó su agradecimiento hacia las tropas argentinas, las que pese a haber estado 74 días en Puerto Argentino, habían “respetado a sus mujeres, sin abusar de ellas”.

En la noche cerrada del 20 de Junio, los Ingleses dejaron de enviar combatientes desde tierra, la situación no era lo suficientemente clara, habían comenzado a enviar argentinos a prisiones militares organizadas a bordo del barco Ingles “Saint Edmund” y en un viejo frigorífico abandonado en cercanías de Puerto San Carlos. Rumores indicaban que el buque hospital podría quedar retenido con toda su gente a bordo, el Irizar decidió zarpar hacia la argentina continental lo más rápido posible, la maniobra no fue náuticamente sencilla, estaba al fondo del fondeadero y rodeado de buques enemigos los que cumplían un oscurecimiento absoluto, en la negrura de la noche solo interrumpida por algún copo de nieve, apenas se divisaban las siluetas de los barcos, solo la calma relativa del viento y la pantalla del radar lo ayudaban durante la maniobra, una vez más la experiencia de la tripulación del barco se puso a prueba, levó su ancla y giró casi en un punto hasta alcanzar el rumbo de salida, frente a su proa quedaba apenas formada una delgada calle de salida entre las dos filas de barcos ingleses anclados, sus máquinas lo impulsaron a baja velocidad, a sus lados fueron quedando diferentes barcos mercantes y de guerra de todo tipo, lentamente pasó frente al Camberra  abarrotado de combatientes ingleses en sus cubiertas que nos miraban con sorpresa, casi al final de la calle, una fragata tipo 12 fuera de la línea de fondeo hacía destellar insistentemente su luces de banda verdes y roja para indicarnos que estaba anclada en nuestro rumbo, un golpe de timón dejó a la fragata por nuestro estribor y solo a unos 40 metros, tan cerca pasaron que la cadena del ancla se vio casi debajo de nuestro casco.  Al amanecer los perdimos de vista, sólo esperábanos que un grupo de Harriers nos obligaran a regresar.

 

Fragata HMS “Antelop” fondeada en Puerto Argentino  

Ya en navegación, comenzó la ardua tarea de contener a nuestros combatientes, la tarea no fue sencilla, el "Irizar", pese  a su gran tamaño exterior, sólo es un barco con 220 camas, de las cuales solo 40 son para pasajeros, al que se le habían agregado 160 camas en bodegas como hospital, así que con 1719 hombres a bordo, hubo que improvisar alojamientos en cualquier lugar cubierto del barco. Los primeros esfuerzos pasaron por brindar asistencia sanitaria, odontológica y sicológica a los que lo necesitan, mejorar la alimentación recibida en los últimos días de combate y los interminablemente fríos días de cautiverio, ducha caliente sin límites, cambio total de ropa interior y lavado de los uniformes de combate, etc.

Con el tiempo, el sueño profundo bajo un techo amigo, las charlas con profesionales, amigos, sacerdotes, tripulantes y compañeros de tanto sacrificio, libros, revistas, películas, el tiempo necesario para la reflexión, la esperanza de reunirse con los seres queridos, fueron haciendo su efecto, logrando el relajamiento final, ganado con tanto valor y sacrificio.

El buque puso proa al Puerto de Ushuaia, donde el 22 de junio desembarcó 415 Infantes de Marina y 62 hombres de la Fuerza Aérea los que fueron trasladados  hacia el norte en aviones Focker F-28 de la Fuerza Aeronaval Número Uno. El muelle se llenó de voluntarios para recibir a sus combatientes, darles su bienvenida y colaborar con los vehículos militares de la armada para trasladarlos hasta el aeropuerto.

Finalizado el desembarco el Irizar zarpó rumbo a Puerto Madryn, donde arribó el 26 de junio al mediodía, en el muelle “Almirante Storni”, se repetían las escenas vividas en Ushuaia, una interminable columna de vehículos civiles y militares de agrupaban para recibir a nuestros hombres, camiones, motos, taxis, ambulancias y bicicletas se entremezclaban, todos quería ayudar, convidar un mate, una factura, un café, charlar un rato, dar una mano. Poco a poco la columna se fue organizando y los 956 hombres del ejército fueron desembarcados para su traslado hacia el aeropuerto de Trelew.

Por la tarde, nuevamente soltó amarras, iniciando así su viaje hasta la base Naval de Puerto Belgrano, donde arribó el 28 de Junio para desembarcar todo el personal sanitario que se agregó a su dotación original para conformar el buque hospital.  

El Buque Hospital ARA “Almirante Irizar” amarrado definitivamente en Buenos Aires  

Nuevamente en navegación se dirigió al Río de la Plata, tomando la Cabecera de la Dársena “A” del Puerto de Buenos Aires el primero de Julio de 1982. Una inmensa y felíz marea humana los esperaba, todos quería festejar el regreso y olvidar tanto sufrimiento, demasiadas cosas habían ocurrido en los últimos meses, tripulantes y familiares merecían un poco de tranquilidad. Los recuerdos de un sinnúmero de situaciones en extremo, riesgosas y estresantes, los perseguirían por muchos años.

El Hospital ARA “Bahía Paraíso”:

Habiendo regresado a las islas, entre el 18 y 19 de Junio embarca en Puerto Groussac 1.660 ex prisioneros, a los que traslada al Puerto de Punta Quilla en santa Cruz. Nuevamente en Puerto Argentino recibe el 22 de Junio 255 combatientes más. Evacuó hacia el continente un total de 1984 personas de las cuales 690 eran de la Armada, 1032 del Ejército, 198 de la Fuerza Aérea y 64 civiles. Sus actuaciones como buque hospital continuaron hasta el 24 Junio en que amarró en la Base Naval de Puerto Belgrano para desembarcar al grupo sanitario y proceder a su desafectación como buque hospital.

   

El buque hospital ARA "Bahia Paraiso" en Puerto Argentino junto al Yehuin . En su cubierta de vuelo opera un helicóptero sanitario del Ejécito Argentino.

 

Otros barcos Argentinos e Ingleses, trasladaron combatientes hasta la argentina continental:

El 12 de Junio,  el ingles “Norland” desembarcó 933 hombres en Montevideo – Uruguay.

El 18 de Junio,  el ARA “Bahía Paraíso” condujo 1661 hombres hasta Puerto Madryn.

El 19 de Junio, el Inglés “Camberra” desembarcó  4136 hombres en Puerto Madryn.

El 21 de Junio,  nuevamente el “Nordland”, alcanzó  1992  hombres  hasta Puerto Madryn.

 El 22 de junio, el “Irizar”, 415 Infantes de Marina y 62 soldados de la Fuerza Aérea en Ushuaia.

El 27 de Junio el “Irizar”, desembarcó 956  hombres del Ejército Argentino en Puerto Madryn.

El 14 de Julio, el Saint Edmund, reintegró a 636  rehenes de las tres armas en Puerto Madryn, estos hombres que estuvieron detenidos en prisiones militares en las islas, fueron recibidos con honores militares por el Comandante de la Infantería de Marina Contralmirante de Infantería de Marina Carlos Busser.  

CONDECORACIONES A LOS COMBATIENTES

         El Congreso de la Nación y las Fuerzas Armadas condecoraron a sus combatientes

Del Congreso Nacional

De la Armada Argentina

De la Armada Argentina

El final de la aventura

El “Irizar” y el “Bahía Paraiso”, habían zarpado desde Buenos Aires como buques antárticos a principios de Noviembre de 1981 y regresaron a la Dársena Norte de Buenos Aires como buques hospitales,  en Julio de 1982, estando fuera de sus apostaderos habituales más de 250 días (8 meses), habiendo navegado miles de Millas Náuticas, efectuado cientos de horas de vuelo desde sus cubiertas,  navegando cientos de horas con sus lanchas, soportado feroces temporales, asumido infinitos riesgos náuticos, navegando a través de campos de hielo, sorteado témpanos con niebla cerrada, atravesando campos minados, ingresando en pequeños fiordos, aventurándose en áreas pobremente cartografiadas, utilizando fondeaderos de pobrísimo tenedero y superado dificultades operativas extremas.

De esta forma lograron superar  sin solución de continuidad, una Campaña Antártica y  la Guerra de Malvinas, donde, mostrando inmenso valor, destacable estoicismo y envidiable profesionalismo, adaptaron sus capacidades antárticas y excelente adiestramiento marinero, convirtiéndose a lo largo del conflicto de Malvinas en Buques Logísticos, en Transporte de Tropas, en Remolcadores de Mar, en Estaciones de Radar Móviles, en Buques Taller, en Hospitales, en Transportes de Aeronaves, etc.

Por sus destacadas actuaciones en esta batalla, las Banderas de Guerra de ambos buques y sus tripulaciones, recibieron la condecoración "Operaciones en Combate", otorgada por el Congreso de la Nación.

 A sus Planas Mayores y Tripulaciones, nuestro infinito reconocimiento.

 


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Fuentes Armada Argentina-Servicio de Hidrografía Naval, CONICET, Dirección Nacional del Antártico, Gaceta Marinera