El 4 de mayo de 1955, el gobierno Británico inició ante la Corte
Internacional de Justicia un reclamo contra Argentina relativo a los
derechos de soberanía sobre las “Dependencias de las Islas Malvinas”,
en particular las Islas Georgias del Sur, Sandwich del Sur y lo que los
ingleses denominan “Territorio Antártico Británico”.
La presentación, titulada "Solicitud del Gobierno del Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte relativa a las incursiones del
Gobierno Argentino en Territorio Antártico Británico", solicitó que la
Corte declarase que:
“El Reino Unido, a diferencia de la República Argentina, posee, y en
todas las fechas pertinentes ha poseído, derechos legales válidos y
perdurables a la soberanía sobre todos los territorios comprendidos en
las dependencias de las Islas Falkland y, en especial, en las Islas
Sandwich del Sur, Georgias del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur,
Tierra de Graham y Tierra de Coats”.
La presentación incluyó, además, un pedido para que la Corte obligara a
la Argentina a respetar la soberanía del Reino Unido y que cesara en
sus pretensiones de ejercer soberanía sobre los territorios de las
Dependencias.
La Argentina no aceptó la jurisdicción de la Corte, ni de ninguna otra
corte internacional, panel de mediación o arbitraje. Así, la Argentina
pasó a contar sólo con las Naciones Unidas, la Organización de Estados
Americanos, o los No-alineados como foros para presentar sus reclamos.
Gran Bretaña nunca sometió el caso de las Islas Malvinas a la Corte.
La Asamblea General de la Naciones Unidas del 16 de Diciembre de 1965,
votada en positivo por 94 naciones, encuadra el caso “Malvinas” como un
claro caso de colonialismo Territorial e insta a Inglaterra a retomar
conversaciones con Argentina para superar el conflicto por la soberanía
de las islas. |