En 1805, España había puesto a disposición de Napoleón su Armada para
la guerra naval contra los británicos, que culminaría en octubre con la
destrucción de la marina española en la batalla naval de Trafalgar. La
flota española que mantenía el comercio con las colonias se vio, a
partir de ese momento, muy debilitada. Napoleón, al no poder invadir
Gran Bretaña, que había afianzado su dominio sobre los mares, decidió
un bloqueo comercial contra el Reino Unido impidiendo la entrada de sus
productos a Europa. Pero en 1807, ese bloqueo fue rechazado por
Portugal, aliado tradicional de Inglaterra. Entonces el Emperador de
Francia decidió la invasión de Portugal.
Francia y España ocuparon Portugal a fines de 1807, la corona Británica
ordenó al Almirante Ingles Sidney Smith, que rescatara y trasladara a
la familia real portuguesa hacia sus dominios en Sur América,
instalándose la corona portuguesa en Río de Janeiro.
Para Febrero de 1808, Inglaterra planificaba derrotar al virrey Liniers
y reemplazarlo por un Regente con la Princesa Carlota, hija de Carlos
IV Rey de España, instaurando en Buenos Aires, un Protectorado Inglés,
en lugar del Virreinato del Río de la Plata.
El 4 de julio de 1808 el Rey de Inglaterra, Jorge III, decretó el cese
de hostilidades con España, terminó el bloqueo de los puertos españoles
y permitió la entrada de buques españoles a los puertos de Gran
Bretaña. El tradicional adversario de España se convertía en
aliado y Francia, que había sido siempre aliada de España, pasa a ser
ahora el enemigo. Los planes del protectorado Inglés en Buenos Aires se
esfumaron.
Antecedentes: Francia, ayudada por España, ocuparon Lisboa, la capital
de Portugal en noviembre de 1807. El Almirantazgo Inglés, alertado de
este avance franco-español, encomendó a Sir Sidney Smith que comandase
una escuadra naval que debería conducir a la familia real de Portugal
al Brasil. Desembarcó en el río Tajo, a comienzos del año 1808, y
trasladó a la familia real portuguesa, al gobierno y a los principales
miembros de la sociedad portuguesa a Brasil instalando la corte y la
capital en Río de Janeiro.
Los acontecimientos de Europa repercutieron en América Española y en
especial en el Virreinato del Río de la Plata. Las noticias de España
que traían los barcos ingleses que fondeaban, ya sea en el puerto de
Montevideo o en Buenos Aires, eran ávidamente leídas y discutidas por
la población local. Se imprimían o reimprimían bandos y proclamas
acerca de los acontecimientos europeos. En febrero del año 1808 llegó a
Buenos Aires la noticia del arribo de la Corte de Portugal a Brasil.
Comenzó una campaña en contra del virrey Liniers, encabezada por Elío
desde Montevideo y Martín Álzaga desde su asiento en el Cabildo de
Buenos Aires. El Cabildo de Buenos Aires envió un oficio firmado por
Álzaga y demás oidores, a la Junta de Sevilla solicitando que se releve
del mando al Virrey Liniers, considerado francés.
La Princesa Carlota Joaquina era hija del Rey de España, Carlos IV,
hermana de Fernando VII y estaba casada con el Rey de Portugal. Como
descendiente de los reyes de España, aspiraba a la sucesión del trono
en la medida que su padre y su hermano —legítimos herederos— estuvieran
prisioneros de Napoleón. Para ello trabó relación con el almirante de
la flota británica que había trasladado a la familia real portuguesa a
Brasil, Sidney Smith, y juntos idearon un plan para instaurar una
regencia en el Río de la Plata. Para ello establecieron contactos con
patriotas como Manuel Belgrano y Castelli por intermedio del
comerciante Felipe Contucci.
Fue muy importante la labor de inteligencia que realizaba el Ministerio
de Relaciones Exteriores Británico. Recibía constantemente información
proporcionada por los comerciantes y viajeros ingleses que se
encontraban en América del Sur. También lo hacían los oficiales
británicos, en especial los marinos.
Existían varios proyectos de Independencia en Buenos Aires, los que
eran conocidos tanto por los informantes ingleses, la Cancillería
Británica, el gobernador de Montevideo, Javier Elío, y la corte
portuguesa de Río de Janeiro. En consecuencia, la actividad de los
conspirados estaba vigilada. Si bien estas iniciativas de independencia
no estaban coordinadas, debido a la distancia en que se encontraban los
actores: en Londres, Río de Janeiro, Buenos Aires, y además eran
difíciles las comunicaciones por el secreto con que debían actuar los
patriotas. Sus vidas corrían grave peligro si fuesen descubiertos.
Un acontecimiento inesperado para España y sus colonias sucedió el 4 de
julio de 1808 el Rey de Inglaterra, Jorge III, decretó el cese de
hostilidades con España, terminó el bloqueo de los puertos españoles y
permitió la entrada de buques españoles a los puertos de Gran Bretaña.
Esto modificaba todo el tablero político de Europa y de las colonias.
En efecto, Inglaterra, el tradicional adversario de España se convertía
en aliado y Francia, que había sido siempre aliada de España, pasa a
ser ahora el enemigo
Se había preparado una tercera invasión a Buenos Aires, más poderosa
que las dos anteriores de 1806 y 1807, la que no llegó a concretarse al
convertirse España en aliada de Inglaterra, mientras su territorio
fuera ocupado por las fuerzas imperiales de Napoleón.
.
|