Campaña Antártica de Verano 1975-1976

El Comandante Conjunto Antártico era el capitán de navío Fernando M. Romeo, el componente Naval estaba integrado por:

Rompehielos ARA “General San Martín” al mando del capitán de fragata Ernesto López Fabre.

Transporte ARA “Bahía Aguirre” cuyo comandante era el capitán de fragata Luis N. Boeri. A su bordo embarcó el Grupo de Playa a cargo del teniente de fragata Haroldo Santillán, con un suboficial, seis cabos y treinta y seis conscriptos.

Aviso ARA “Cte. Gral. Zapiola” al mando del capitán de corbeta Carlos A. Monferrer.

Grupo Aeronaval con dos helicópteros Alouette S-31, a cargo del teniente de fragata Av. Nav. Jorge E. Rodríguez.

Unidad de Tareas del SHN.

Dotación del Destacamento Naval Orcadas (embarcada).

Dotación del Destacamento Naval Petrel (embarcada).

 

Desarrollo de las operaciones-Varadura del aviso ARA "Zapiola"

 

Primera etapa

El primer buque en zarpar para el inicio de la campaña fue el transporte ARA Bahía Aguirre que lo hizo desde Buenos Aires el 16 de noviembre de 1975, pasando por El Rincón para embarcar al helicóptero naval 2-H-1 y arribando a Ushuaia el día 22. Luego de permanecer dos días en ese puerto donde procedió a reabastecerse de combustible, descargar materiales para las bases San Martín y Belgrano y cargar para Esperanza y Brown, zarpó nuevamente hacia la Antártida con un primer destino en la isla Despedida para realizar balizamiento. En esa oportunidad, el día 26, se averió el helicóptero, debiendo evacuar con la lancha al personal que trabajaba en la isla.

Al día siguiente se dirigió a la base Brown donde desembarcó combustible, un grupo de científicos, y efectuó el relevo de las dotaciones entrante y saliente. El 28 partió hacia Esperanza para también relevar la dotación y desembarcar diversos materiales. Después de tres días de permanencia zarpó hacia la caleta Potter, con el fin de habilitar el refugio y desembarcar materiales y personal. Esto se hizo entre los días 1º y 6 de diciembre. Luego continuó su derrota a Petrel, donde desembarcó también personal, materiales y el helicóptero con su personal de mantenimiento, el día 7 se trasladó a la base Marambio donde tuvo que desembarcar 1250 tambores  de JP-1; Esta maniobra la realizaron aproximadamente a un promedio de 8 millas de distancia con los helicópteros de la FAA Huey H-12 y H-15. Allí también tuvieron su primera reunión con el buque dique "Cándido de Lasala", que había zarpado desde Buenos Aires el 28 de noviembre, transportando pallets con trozos de pista de aluminio para la misma base.

El 10 de diciembre, por breves horas regresó a Petrel para embarcar a la dotación saliente y al 2-H-1 y el día 11 ya estaba nuevamente frente a Marambio, donde tuvo que intervenir en la maniobra de rescate del helicóptero H-15 de la FAA, que por averías se había precipitado al mar. Finalizadas las mismas regresó a la isla Despedida a recuperar materiales que habían quedado depositados durante su primera operación.

En esa oportunidad, cuando el 12 de diciembre, navegaba por el Estrecho de Gerlache se le produjo una avería en el motor de estribor que lo dejó fuera de servicio, y se dirigió a la caleta Potter, para que en ese fondeadero abrigado pudiera reparar la avería. En el mismo fondeadero estaba el rompehielos, que zarpando desde Buenos Aires el 1º de diciembre ya se encontraba también en la zona de operaciones, a quien le traspasó el 2-H-1.

Reparado el 15, zarpó nuevamente hacia el estrecho Nelson para tareas de balizamiento en el faro Guemes, pero debido al estado del mar y la falta de aeronave, no pudieron desembarcar, decidiendo regresar a la caleta de partida. Allí embarcaron el H-12 de la FAA y al día siguiente se dirigió a Marambio, pero al no poder arribar por el estado glaciológico, se reunió con el ARA San Martín el golfo de Erebus y Terror y le entregó el H-12. El día 17 se dirigió a la isla Media Luna con la intención de continuar con el balizamiento, pero debió capear un temporal del noreste, entre las islas Livingston y Decepción, lo que obligó a regresar al Gerlache, donde las condiciones meteorológicas le permitieron trabajar en tareas de balizamiento, el 19, pasado el temporal regresaron a la isla Media Luna y al día siguiente pusieron rumbo a la Petrel, con la intención de desembarcar materiales, sin  embargo al llegar encontraron la playa inoperable por el hielo, dirigiéndose a la base chilena Frei a efectos de efectuar una visita, la que se concretó el 22. Al día siguiente regresaron a Petrel y fondeando a la tarde pudieron desembarcar la carga pendiente.

Pasada la Nochebuena en ese destacamento, el 25 zarparon para Marambio, donde embarcaron el 2-H-1 y luego continuaron viaje a Esperanza; luego de abastecerla, el 26 pusieron rumbo al norte para amarrar en Ushuaia el día 28, dando así por finalizada la etapa.

El rompehielos, había zarpado hacia la Antártida, con el Huey H-11, entrando en Ushuaia el 6 de diciembre y luego de permanecer un día, continuaron viaje a Orcadas, donde arribaron el día 10, y efectuaron relevo de dotaciones y reabastecimiento. Durante la estadía tuvieron que cambiar de fondeadero de la bahía Soquita a la Uruguay, por las condiciones del hielo. El 12 zarparon para dirigirse a la caleta Potter donde el transporte le entregaría la carga de Petrel, ya que las condiciones glaciológicas le habían impedido entrar a esa rada. Efectuada esta maniobra, que no estaba prevista en el Plan el 15 se dirigieron a Petrel a descargar, luego el 16 fondeó en Marambio para la descarga, pero al día siguiente debió reunirse nuevamente con el transporte, en golfo de Erebus y Terror, porque tampoco podía arribar a Marambio; esta maniobra tampoco estaba planificada. Arribado de regreso a la base de la FAA, comenzó la descarga, pero el 21 de diciembre tuvo que zarpar en apoyo del ARA "Cándido de Lasala" que, por el estado de los hielos, se había tenido que alejar de la zona.

Luego de varios días de permanencia en Marambio, incluyendo las fiestas, el 2 de enero del nuevo año, zarparon hacia Petrel en conserva con el buque dique, quien debía recuperar las dos lanchas EDPV, varadas y dejadas por el ARA "Bahía Aguirre" luego de las averías sufridas en la campaña anterior.  La maniobra de apoyo mencionada, tampoco había estado planificada, pero finalizada ésta el 3 de enero se dirigieron a Ushuaia, donde arribaron el 6 de ese mes.

El ARA "Cándido de Lasala" había arribado a Marambio el 9 de diciembre y al día siguiente comenzaron las tareas de descarga. Durante la misma los helicópteros demostraron no estar en condiciones de operar en forma continuada, por sus frecuentes averías. Una de ellas provocó que el H-15 efectuara un aterrizaje de emergencia, quedando inutilizado por el resto de la campaña.

El día 12, al apoyarse el buque en un bandejón, se le produjo una fisura en el casco en la banda de babor, generando un principio de inundación en la máquina de esa banda, pero gracias a que rápidamente la guardia puso en funcionamiento la bomba de gran achique, se pudo controlar la entrada de agua y el trozo de control de averías apuntaló los mamparos, los buzos estancaron externamente y en el interior construyeron una cajonada de cemento, obteniendo una condición de estanqueidad, adecuada para seguir navegando.

Al día siguiente, debido a que empeoraron las condiciones glaciológicas (campos de 7 décimos), debieron suspender la descarga y alejarse a una distancia de 8 millas del fondeadero. En ese desplazamiento sintieron una vibración anormal de la máquina de estribor, posiblemente debido a una flexión de la hélice.

Ante esta circunstancia y el aumento de hielo en la zona, decidieron dirigirse a caleta Potter con el fin de reparar el costado fisurado, inspeccionar la hélice y ejes y esperar una mejora de las condiciones glaciológicas. El 14 de diciembre fondearon en el lugar y además de las inspecciones previstas, aprovecharon la ocasión para revisar las calderas, que también le venían fallando, desde la llegada a la zona de operaciones. De la inspección surgió que el casco tenía una fisura vertical de 1,80 mts. entre las cuadernas 67 y 68, el eje de la hélice de estribor estaba flexionado y una pala doblada, además encontraron en las calderas deformaciones en varios tubos, superiores a las que ya habían observado anteriormente, por lo que procedieron a taponar cinco de la caldera Nº1, previéndose una inspección mas profunda de la Nº 2 en la base naval Ushuaia.

El día 20, recibieron la noticia del rompehielos, que en la zona de Marambio las condiciones habían mejorado, por lo que zarparon hacia esa base para continuar la descarga. El 22 de diciembre, comenzaron nuevamente las operaciones con el buque fondeado a algo menos de 2 millas de la isla, pero por la noche debieron suspender por las condiciones meteorológicas, y recién el 25 pudieron reiniciarlas con dos aeronaves y continuarlas hasta el 2 de enero, donde quedaba por desembarcar aún un 17% de las pistas. Durante su permanencia el buque debió cambiar de fondeadero en cuatro oportunidades por el avance de los hielos.

En esa fecha debido a todos los inconvenientes apuntados, y que el rompehielos debía continuar con sus operaciones no pudiendo continuar apoyando al ARA "Cándido de Lasala" el COCOANTAR decidió dar por terminada la labor de descarga de la pista, ordenando el regreso del buque dique. El 3 de enero zarparon hacia Petrel para efectuar la recuperación de las EDPV del transporte, de las que pudieron evacuar sólo una, y luego continuaron la derrota a Ushuaia, donde arribaron junto con el rompehielos el 6 de enero. Así había finalizado la intervención del ARA "Cándido de Lasala", en esta su primera campaña antártica en la que había navegado 3800 millas.

Otro buque que estaba previsto operara durante esta primera etapa, para la habilitación temprana del refugio Teniente Jubany, era el aviso ARA "Gurruchaga", pero dado que la tarea fue rápidamente efectuada por el transporte, no fue necesaria su intervención. No obstante el aviso durante los últimos días de noviembre se dirigió a la Antártida, pero al llegar a la zona de la isla Smith, lugar habitual de recalada, no habían tenido durante el cruce del Drake, posición astronómica por cielo cubierto, y al arribar navegando por estima a la recalada, no contaban con el radar ni la sonda por averías. En estas condiciones y cuando la niebla cerraba el nivel del mar su comandante mirando hacia arriba, vio por encima de la capa de nubes el pico de la isla, lo que ubicaba al buque muy cerca de la misma. a reacción inmediata fue dar atrás para evitar un accidente y salir de la zona; Era evidente que en esas condiciones, sin radar y sin sonda el buque no podía seguir operando en la Antártida y ya que la tarea de Jubany había sido ejecutada, regresó a Ushuaia en los primeros días de diciembre.

Segunda Etapa

El primer buque en zarpar desde Ushuaia para intervenir en esta etapa, fue el aviso "Zapiola" que debía dirigirse a la caleta Potter para iniciar tareas hidrográficas en la zona. El 6 de enero puso proa a la Antártida y luego de cruzar el Drake, debía recalar, como se hacía habitualmente en la isla Smith, pero los vientos del oeste durante el cruce lo abatieron fuertemente hacia el este, de manera tal que la recalada se produjo el día 8 frente al Estrecho Morton, su comandante apareció en la situación y en lugar de dar la vuelta a la isla Livingston por el oeste, lo que hubiera hecho demorar ocho horas, para estar prácticamente en el mismo lugar, decidió entrar a la mar de la Flota por el mencionado estrecho. Una vez ingresado, navegó con todas las precauciones, es decir baja velocidad, con la sonda marcando, la maniobra de ancla cubierta y situándose con marcaciones visuales, pero posiblemente por un desplazamiento de unos pocos metros, que en esos lugares son fatales, se varó sobre una roca, que no figuraba en la carta, de forma elipsoide y plana como si se hubiera tratado de una explanada, la que le produjo importantes rumbos en su desgastado casco, inundando de inmediato las máquinas y dejándolo imposibilitado de zafar. Pedido el auxilio correspondiente el  primero en llegar a la zona fue el aviso chileno "Yelcho", gemelo del varado, con la intención de pasarle remolque, pero siendo la zona muy peligrosa, era muy arriesgado una aproximación para esos fines.

Mientras  tanto en Ushuaia se conformó de inmediato en el rompehielos el Centro de Búsqueda y Rescate, con la participación de oficiales de ese buque y del "Cándido de Lasala" que estaban en el puerto. De inmediato destacó a la zona del accidente al "Bahía Aguirre", que ese mismo día había zarpado hacia Orcadas, y que el 10 modificó su rumbo para dirigirse al Estrecho Morton para reforzar los trozos de control de averías y al aviso de Estación el "Gurruchaga", que habiendo reparado sus equipos se hallaba operando en la isla de los Estados, y que luego de regresar a Ushuaia, embarcó también personal de buzos y elementos de control de averías para reforzar los que ya se hallaban en camino.

 Así se fueron reuniendo a partir del 11 de enero buques chilenos, el transporte, el aviso y el 14 el rompehielos, todos colaborando en la maniobra de salvamento del "Zapiola". Si bien desde la llegada del transporte el trabajo de salvamentistas, incluídos oficiales, se orientó para tratar de hacer zafar al buque de la varadura, la realidad de la situación los hizo comprender que el buque estaba perdido y que era necesario abandonarlo, rescatando los equipos y elementos más valiosos que pudieran utilizarse en otras unidades. Esto fue así determinado porque, luego de las inspecciones efectuadas por los buzos, se advirtió que el casco estaba muy dañado y que para repararlo era necesario trabajar bajo el agua a temperaturas muy bajas, en un lugar donde según el estado de la marea las corrientes tiraban hasta 4 nudos, haciendo muy difícil sino casi imposible ese trabajo. Suponiendo que esa tarea se pudiera realizar, luego habría que darle flotación positiva y sacarlo de su varadura.

 El paso siguiente hubiera sido llevarlo a un lugar adecuado para repararlo convenientemente, para lo cual sería necesario cruzar el Drake hacia el norte, esta maniobra no sería conveniente hacerla con el buque a remolque,  por lo que se pensó en trasladar al lugar al Dique flotante Y-1, para luego embarcar al aviso averiado y llevarlo al continente. Esto obligaba a cruzar el Drake, al Dique remolque, a la ida vació y a la vuelta con el aviso embarcado; como es fácil de comprender ambas maniobras, considerando la zona a atravesar, eran sumamente riesgosas, poniendo en peligro todo el tren de remolque y el único dique flotante grande del país.

Con esta situación y considerando la edad del buque, cerca de los 35 años, y el estado de las máquinas, totalmente inundadas, la decisión fue la explicada. Finalmente se arrió su pabellón, y en el transporte que se dirigió a Decepción, se labró el día 15 en el acta de abandono. El "Zapiola", ya había sido retirado del servicio activo y su casco quedó como un monumento a su memoria, luego de tantos años de haber surcado las aguas del Atlántico Sur y la Antártida.

Continuando con la campaña, el rompehielos el día 15 de enero zarpó para la Base Belgrano con arrumbamiento al este, llevando embarcados a los helicópteros AE-407 del EA y el 2-H-2 de la ARA. Al día siguiente por la tarde, por el estado glaciológico favorable pudo caer al sudeste y avistar la isla Coronación y los islotes Inaccesibles y el 17 a la madrugada entraron en un campo de hielo de 4 décimas y luego de navegar a la voz por varias horas, a la medianoche estaban en 60º y 39º 13´ en el campo disminuido a 6 décimas. Al día siguiente navegaron entre escombros a la deriva  y luego el campo se hizo de 5 décimas, para luego pasar a un campo con escombros, bandejones pequeños e hielo marino jóven y amonticulado. El 18 de enero el campo ya era de 8 décimas, y a la medianoche habían alcanzado los 60º 22´ y 30º 11´; en el nuevo día pudo caer al rumbo 150º encontrando en la derrota témpanos y tempanitos muy dispersos, lo que le permitió navegar todo el día 20 con ese mismo arrumbamiento y luego caer al 170º para encontrarse al final de esa singladura en 67º y 18º 30´. En la próxima cayeron al rumbo 190º alcanzando al final los 72º. El 22 de enero comenzaron los vuelos de exploración con el 2H-2 naval, penetrando en un campo de 8 décimas, lo que provocó que efectuaran variaciones de rumbo haciendo las singladuras más pequeñas.

El día 23 navegaron en campos de hielo, paralelos a la barrera de Filchner, pero sin conocer exactamente la posición por no ver accidentes característicos; por la mañana decoló nuevamente el helicóptero en busca del Refugio Vera pero no lo localizó y se colocó en la vertical de la Base Halley Bay, lo que le permitió al rompehielos situarse por marcación y distancia. Por la tarde otra vez se encontraron en un campo de 8 décimas y fue necesario otro vuelo de exploración para encontrar aguas más libres e inspeccionar el refugio nombrado, pero sin éxito. A la madrugada del día siguiente reconocieron la bahía Vahsel y el cabo Barnett y comenzó la navegación a la vista de la barrera situándose con los nunataks Bertrab y Moltke. Durante esta navegación notaron un desplazamiento de la barrera de 17 millas al norte y el 24 de enero a las 8 de la mañana se amarraron en inmediaciones de la Base Belgrano para efectuar su reabastecimiento.

 El 26 el rompehielos zarpó para reconocer la isla Berkman en la bahía Austral, estudiar el desplazamiento de la barrera y encontrar un lugar adecuado para la instalación de un refugio nuevo del EA. Con ese fin realizaron varios vuelos con el AE-403, pero al no encontrar ningún posible emplazamiento regresaron a la base el día 27. Luego de permanecer amarrados unas horas, volvieron a zarpar el mismo día navegando a la voz en un campo de 7 décimas para dirigirse a la bahía Vahsel, donde embicó en el pie de hielo a efectos de desembarcar personal del EA que debía construir dos refugios en el Nunatak Bertrab. Finalizada la maniobra bautizaron a las construcciones como Refugios Zapiola y Cisterna y al día siguiente emprendieron el regreso al norte, navegando en un campo de hielo con visibilidad regular producto de lluvias y nevisca con un alcance visual de 1 milla, maniobrando para esquivar témpanos aislados sobre la derrota.

 El 29 de enero navegando por aguas algo más libres a medianoche alcanzaron la lat. 71º 25´ y long. 28º 10´. En la singladura siguiente adoptaron el rumbo 330º para dirigirse a la isla Morrel, donde arribaron el 1º de febrero, atravesando zonas con niebla y soportando ese día un temporal que debieron capearlo al sur de las islas Thule. Permanecieron en las inmediaciones hasta el día 3, porque tenían pendiente la inspección del refugio y el mantenimiento de la baliza pero las malas condiciones meteorológicas impidieron la maniobra, por lo que se alejaron definitivamente con rumbo a Orcadas; allí permanecieron los días 5 y 6 en apoyo a tareas de reconstrucción y luego regresaron a Ushuaia amarrando el 9 de febrero, finalizando la 2da etapa.

El transporte, que había quedado el 15 de enero en Decepción, desembarcó materiales para el grupo Vulcantar y zarpó hacia la  Base Brown donde estuvo efectuando tareas de balizamiento y luego al día siguiente continuó viaje a Palmer, para cargar una vieja motoniveladora, pero por su pésimo estado de conservación y no estar preparada para el embarque se decidió dejarla en el lugar. De allí el día 17 pasó por el Destacamento Melchior para inspección y balizamiento, regresando ese mismo día al Estrecho Morton, donde continuó retirando materiales del ex-aviso "Zapiola" y traspasó la dotación al "Gurruchaga" el día 20, que la traslado a Ushuaia, excepto 17 hombres que manifestaron ser voluntarios para continuar la campaña en otras unidades de la ANA.

El 21 regresó a Decepción donde desembarcó al grupo de científicos de Vulcantar y luego se dirigió a la caleta Potter para desembarcar al personal que debía realizar las tareas hidrográficas que transportaba el "Zapiola", dejando para ello el transporte una de sus lanchas del lugar. Luego de realizar tareas de balizamiento en la bahía Guardia Nacional, el 22 puso rumbo a Orcadas llegando a los dos días y comenzando las tareas de descarga; durante ellas, se les hundió una lancha cerca de la playa, pero luego fue rescatada. El 27, regresaron a la península, a la rada Petrel, desembarcando carga general y tratando de embarcar la lancha que había sido perdída el año anterior y que tampoco había rescatado, en la 1era etapa el "Cándido de Lasala". Tampoco tuvo éxito el "Bahía Aguirre" por las condiciones meteorológicas y el 30 abandonó la zona para dirigirse a Esperanza y luego bahía Guardia Nacional, efectuando toponimia en ambos lugares.

 El último día de enero, fondeó en caleta Potter para realizar un ajuste en el motor de estribor, pero fuertes vientos lo hicieron garrear poniendo en peligro su seguridad, debiendo zarpar dejando en el refugio a una lancha, su dotación y el personal del grupo de playa. Luego de navegar un día en las inmediaciones, regresó a la caleta y el 2 de febrero, se dirigió a la isla Media Luna donde inspeccionó el Destacamento Tte. Cámara con el helicóptero.

Al día siguiente regresó a Potter, aunque por mala visibilidad y fuertes vientos recién el 4 por la tarde pudieron fondear en ella. Allí embarcaron a la comisión hidrográfica, que había finalizado sus tareas, rescataron la lancha EDPV del año anterior y la lancha de los trabajos hidrográficos;el 5 fueron a Decepción a embarcar al grupo Vulcantar y el 6 zarparon de regreso a Ushuaia donde llegaron el 8 para finalizar la 2da. etapa.

Tercera Etapa

De las dos unidades que quedaban en Ushuaia, la primera en zarpar para esta etapa fue el transporte que el día 14 de febrero lo hizo hacia la Base Brown, donde llegó el 17, para proceder a cargar materiales que debían trasladarse al Continente y embarcar a un grupo de científicos, pero los mismos, debido a la demora del arribo del buque, ya se habían evacuado en un buque de turismo.

 Existía en esa campaña, en la cámara de oficiales del transporte, un gran espíritu de camaradería y trataban de pasar las largas horas de navegación de una manera amena. En particular en las comidas había una mesa de tenientes de fragata, denominada la "michera de los Ttes", donde además de los nombrados comía un único teniente de corbeta Av. Nav. que ocupaba el lugar como representante chileno ya que como era de tez morocha, le decían "piloto pardo", en lógica alusión al buque antártico homónimo de esa nacionalidad. La mesa en cuestión era muy ruidosa y a veces molestaba con su jarana a alguno de los oficiales más antiguos, poco afecto a esas demostraciones, aunque el Segundo comandante permitía la sana diversión de esos oficiales más jóvenes, pero durante una ocasión en que éste no estaba presente en la comida, y ante una demostración de la acostumbrada diversión, lo llamó al oficial más antiguo de la mesa para reconvenirlo por el bullicio. Esa noche se exhibía una película de cow-boys y como en los peores cines de barrio, ante las acciones de los "malos" algunos de los jóvenes oficiales bulliciosos, comenzaron a patear en el suelo, a lo que el oficial molesto con la actitud, se levantó para hacer cesar el ruido, pero tuvo que suspender su acción al darse cuenta que un oficial superior pasajero del buque, también se había sumado al pataleo. Esta eran las anécdotas que se producían en esas largas campañas de aquellos años.

 Continuando con el itinerario el "Bahía Aguirre", se dirigió a puerto Neko y luego a Gerlache para tareas de balizamiento y el 19 se reunió en el estrecho de Mac Farlaine con el rompehielos. Luego, al día siguiente, se dirigió a caleta Potter con el objeto de instalar una nueva baliza y evacuar al personal que había permanecido en el verano y al Batallón de Construcciones.

El 21 de febrero continuó con las tareas de balizamiento en la bahía Guardia Nacional y por la noche capearon un temporal del sudeste, con vientos de hasta 70 nudos. Al día siguiente llegó a Esperanza para embarcar al grupo de trabajo del EA y perros para trasladar a Orcadas; ese mismo día regresaron a Petrel para evacuar personal y luego pusieron rumbo a  Orcadas, pasando previamente por la isla Elefante para tareas de toponimia. En el destacamento el 25 embarcaron un generador y un compresor, éste último, se cayó al mar desde el pontón cerca de la playa, pero al día siguiente fue recuperado. Ésta fue la maniobra final y el 26 pusieron rumbo a Ushuaia donde arribaron el 1º de marzo.

No obstante no había finalizado el transporte sus tareas, ya que el 7 de marzo, embarcó a la Comisión de Arbitraje de la Haya, que debía recorrer el Canal de Beagle, y luego de transportarlos para ese cometido regresó a Ushuaia el 9 de marzo.  Finalmente, el 11 zarpó definitivamente para Buenos Aires donde se amarró el día 17 de marzo, acumulando 14000 millas.

 El rompehielos zarpó para la 3era. etapa dos días después del transporte o sea el 16 de febrero, dirigiéndose a la Base Esperanza, para embarcar perros destinados a la Base San Martín. El 19 se dirigió a la caleta Potter donde recogió elementos de hidrografía y luego se reunió en la isla Media Luna con el transporte. Al día siguiente pasó por la Base Brown donde efectuó una visita y 22 llegó a la Bahía Margarita para rehabilitar la Base San Martín. En esa tarea permaneció, durante seis días y finalizada realizó una visita a la Base Inglesa Adelaida. El mismo 2 de febrero regresó a bahía Paraíso y durante la navegación pasó por la isla Watkins y otros lugares efectuando tareas de inspección, toponimia y balizamiento. Todas estas tareas  que originalmente estaban planificadas para el aviso accidentado, debieron ser asumidas por el rompehielos. El 2 de marzo regresó a la isla Media Luna con el objeto de realizar la voladura del casco del ex-aviso "Zapiola". Esta maniobra se había decidido para no obstruir parte del Estrecho Morton y por otra parte para evitar que algún país decidiera, pese al alto costo y por razones políticas, realizar la recuperación del casco. No obstante y por condiciones meteorológicas no pudieron hacerlo, el 5 de marzo regresaron a Petrel y Esperanza para las visitas de despedida. Posteriormente volvieron a intentar la voladura pendiente y nuevamente por el estado del mar no fue posible abordar el casco.Parecía como si el viejo "Zapiola" no quisiera desaparecer de la superficie y finalmente el 6 decidieron abandonar la tarea y regresar a Ushuaia donde llegaron el 8 de marzo. El 11 zarpó nuevamente con rumbo a Buenos Aires y se amarró definitivamente el 17 de marzo habiendo navegado en la campaña alrededor de 15000 millas. 

Los helicópteros que intervinieron en la campaña realizaron las tareas ya acostumbradas de exploración, transporte de materiales, combustible y personal en las distintas bases y destacamentos, siendo muy útiles para las tareas de balizamiento en lugares inaccesibles ya sea por la geografía o por el estado del mar, que en muchas oportunidades impedía el uso de lanchas.

El naval 2-H-1 voló 110 hs. y el 2-H.2 fue empleado 80 hs. Los aparatos de la FAA que trabajaron en la Antártida fueron el H-11(embarcado),H-12 y H-15(operando basados en Marambio), los que acumularon 279 hs. de vuelo. En cuanto al apartado del EA, el AE-407(embarcado en el rompehielos las dos últimas etapas) voló 52 hs. 

 

Frente: la Armada Argentina en la Antártida, Campañas Navales Antárticas 1960-1980. Fuerza Naval Antártica-Armada Argentina, Capitán de Navío (R) Carlos Alberto Coli