Finalizó la Investigación por el HMS “Endurance”-Agosto 2010

 

La pericia efectuada por el Ministerio de Defensa Británico sobre el accidente sufrido en 2008 por el Rompehielos de la Royal Navy HMS “Endurance”, indica que el buque ingles podría haberse hundido o encallado frente a las costas de Chile después de la gran inundación producida a bordo.

 

El informe del Ministerio  dice que “la pérdida del buque estuvo muy cerca” y que también “se había perdido la Claridad de Mando”  cuando las máquinas principales se  inundaron en 2008.

 

Durante las tensas tareas de rescate, quince civiles ingleses debieron ser evacuados por embarcaciones de la Armada de Chile y luego aerotransportados hasta un lugar seguro en cercanías de Portsmouth, la base del “Endurance”.

 

Durante la navegación, la tripulación del rompehielos, “fracasó en la identificación de la acumulación de riesgos", los que se pusieron finalmente de manifiesto, mostrando falta de capacitación de la dotación, mano de obra y equipo.

 

La inundación total de la Sala de Máquinas y la Cubierta 01 de Camarotes, ocurrió cuando una válvula de casco se abrió de golpe y sin dar la alarma correspondiente,  debido a que "las líneas de aire comprimido de control" se había reinstalado  erróneamente luego de una reparación por parte de personal con falta de conocimientos suficientes.

 

Al quedarse sin propulsión y sin iluminación, el barco comenzó a rolar  25 grados a cada banda, cabeceando fuertemente de abajo hacia arriba , mientras que la dotación y  los civiles intentaban controlar las inundaciones secundarias.

 

Para evitar que termine encallado en la costa, se arrió un ancla quedando a la pendura, hasta que al acercarse a aguas poco profundas quedó anclado por sí solo. Controlada en principio la situación, los 15 civiles fueron trasladados por la  Armada de Chile y el buque remolcado al Puerto de  Punta Arenas (Chile).

 

El informe afirma: "Si el  ancla del barco no se hubiera hecho firme en el fondo mientras que el barco derivaba hacia la costa, la posibilidad de que encallara en la costa rocosa o que se hundiera hundido debido a la inundación y rolidos muy fuertes que soportaba, era muy elevada".

 

La duración del despliegue de 18 meses de la nave también fue criticado en el informe,  diciendo que había  "riesgos significativos contra la capacidad”, en las áreas de personal y del equipamiento.

 

"Una de las deficiencias más significativas detectadas por la investigación en todos los niveles fue,  la imposibilidad de identificar el efecto de los riesgos acumulados".

 

"Como con la mayoría de otros incidentes, este  también no fue el resultado de un defecto sino,  un conjunto de factores que contribuyeron”.

 

Lecciones Aprendidas:

Se llegó a la conclusión que algunos riesgos podrían haber sido previamente identificados, debido a que la sala de máquinas se había inundado en dos oportunidades en las ocho semanas anteriores al incidente final.

 

Nadie estuvo claramente a cargo de la gestión de riesgos a bordo del rompehielos y la  "claridad de mando se había perdido en el “Endurance”.

 

En el Comando de la Armada  Británica, ninguna persona se hizo cargo de la  responsabilidad del manejo de la emergencia para alcanzar el éxito del rescate, como tampoco para informar debidamente a la cadena de mando del Almirantazgo.

 

El informe hace 21 recomendaciones, con las que el Comandante en Jefe de la flota,  Almirante Sir Trevor Soar dijo estar completamente de acuerdo.

 

El servicio de justicia naval, decidió no procesar a persona alguna por entender que no había pruebas suficientes para emprender acciones legales.

 

La Royal Navy ha aprendido las lecciones de este incidente.

 

La tripulación del buque se comportó eficientemente durante las circunstancias.

 

El barco fue remolcado finalmente a su apostadero habitual en la Base Naval de  Portsmouth, donde la Armada Británica continúa decidiendo si debe ser reparado o reemplazado.