2014 - Bicentenario de la Campaña Naval Libertadora Browniana en el Río de la Plata TRANSPORTE POLAR A.R.A “BAHÍA PARAÍSO” GESTA DE MALVINAS UNA PÁGINA EN LA HISTORIA NAVAL ARGENTINA
Por el CNCO Fernando B. Santos *
Después de un largo tiempo en mi andar y luego de bregar con
determinadas vicisitudes que nos impone la providencia,
surgía una deuda en mi fuero íntimo,
algo que estaba pendiente y que necesitaba expresarlo. Era una obligación
relatar una página viviente y recordar a un coloso de
A fines de octubre
de 1981, cuando llegábamos del viaje de Instrucción de
Así se cuenta este
primer acto: éramos ocho contadores de la promoción 68 y, disculpen mis
compañeros por esta infidencia, cuando nos dieron a elegir los futuros
destinos, siete eligieron la zona 50 (Buenos Aires) y el único combatiente la
zona 75 (Puerto Belgrano) – pedía el Crucero ARA “General Belgrano” y como
segunda opción un destructor. La suerte de la taba, jugó a mi favor, me puse muy
contento cuando el Jefe de
Cuando apenas transcurría una semana de mi licencia, un telegrama me notificaba
que debía presentarme urgente para
realizar la campaña antártica.
El viernes 15 de Diciembre de 1981
me incorporaba a mi primer equipo de trabajo, comprometidos con la
profesión, gran sentido humano y la mayoría de carácter jovial.
Con un lenguaje simple pero sentido,
narraré tu historia “BRAVO UNO”.
Naciste en
Zarpaste el 26 de diciembre de 1981, para iniciar tu primera travesía con tu
capacidad logística colmada por la carga en apoyo a las siete bases antárticas
argentinas. Para sorpresa de todos, habías cruzado dos veces el Círculo Polar
Antártico. Las evaluaciones de tu quilla reforzada en romper el lecho blanco
fueron altamente satisfactorias y los entendidos decían que había nacido otro
rompehielos.
Tu primera tripulación, no llegaba a los 25 años de promedio, dirigida
por un excelente conductor, tu Comandante. Él fue el norte de todos, su
profesionalismo y paternalismo conformaban un excelente ser humano. La dotación
siguiendo el perfil indicado, le infundió el alma a esa masa de acero e
inclusive era contagiosa tu música a quienes se embarcaban como refuerzo de tu
legión. Con
ese clima y en Ushuaia, como premio mayor de tu
primera misión antártica, te alistaste para cumplir otra travesía
a las Islas Georgias del Sur.
El 23 de marzo de 1982
zarpaste con rumbo al mar de Scotia, para sorpresa de todos fuiste a torear y
jugar a las escondidas con el buque polar inglés HMS “ENDURANCE”. La navegación
fue dura y tuviste que capear fuertes temporales y, ¡que anécdota la tuya!,
cuando la corbeta argentina ARA “GUERRICO” se incorporó como refuerzo de tu
misión ¡Que barco tan marinero!,
solamente se le divisaban las antenas de comunicación.
El 3
de abril de 1982,
iniciaste tu diario de guerra en la gesta de Malvinas, tu primer evento en las
Islas Georgias del Sur, fue dejar vigías en Puerto Leith y zarpaste rumbo a
puerto Grytviken para detectar la presencia de fuerzas hostiles inglesas.
El ambiente distendido se trocó cuando se produjo la
recepción de las primeras bajas, consecuencia de las acciones llevadas a cabo.
El cambio fue tan brusco que sorprendió a la generalidad. El equipo responsable
de las operaciones en la cubierta de vuelo, recibió un duro impacto al enterarse
de la pérdida de una aeronave, dejando solo al helicóptero Alouette III en la
misión de transportar a los camaradas que habían sufrido heridas y que en muchos
casos necesitaban urgente atención. Todo ello causó un amargo sabor que se
mantuvo hasta que se produjo la recuperación final de la isla San Pedro.
Las tareas de abordo sufrieron el impacto del cambio, rompiendo la rutina
con el movimiento generado por los heridos llevados al área de Sanidad y por los
prisioneros tomados (22 marines y 14 científicos ingleses). Ellos fueron
alojados en camarotes de cubiertas bajas ante los cuales estaban apostados
guardias y centinelas en lugares estratégicos para mantener un nivel normal de
seguridad.
Cumplidos tres días de travesía entre las Islas Malvinas y
Comodoro Rivadavia, trazaste con tu primo mayor, el ARA “Almirante
Irizar”, dos puntos en el derrotero para
cobijar como puente logístico móvil y realizar el translado y posterior
lanzamiento de las veinte aves
negras del Ejército Argentino (helicópteros Augusta 103), con destino final a
las Islas Malvinas.
El 14 de abril
llegaste a
Los médicos con alguna experiencia en sanidad en combate se
pusieron al frente del grupo constituido para satisfacer las responsabilidades
asignadas y con ese propósito
planificaron los puestos a cubrir y los servicios a prestar. De a poco, tu nueva
actividad se fue completando y a tres días de la zarpada, te adicionaron una
nueva tarea para actuar como buque de apoyo logístico.
Con ese propósito, se trabajó día y noche en abarrotar las
bodegas con provisiones que, en el caso de víveres, se calcularon para
satisfacer las necesidades de diez mil hombres durante treinta días y
completando el abastecimiento con otros pertrechos sanitarios.
Cuando la carga y el alistamiento se encontraban a son de
mar, las directivas recibidas sobre la constitución del grupo de sanidad en
combate fue cambiada substancialmente, quedando integrada en definitiva por 28
médicos y 58 suboficiales enfermeros con cara de combatientes.
El 27 de abril,
zarpaste de Puerto Belgrano “Buque Hospital”
rumbo a
otra misión con el objetivo de generar
altas.
La zona en la cual debías operar era un área enmarcada a la
altura de Comodoro Rivadavia, destinando los primeros días a ejercicios de
adiestramiento, corrección de roles y prácticas ante distintas eventualidades.
La madrugada del 3 de mayo recibiste la penosa noticia del
hundimiento del Crucero “General Belgrano”, por lo que de inmediato tuviste que
poner proa al área indicada, para desplegar tus herramientas y prestar auxilio a
nuestros hermanos.
Consecuencia de un temporal y por la distancia al punto del hundimiento, la
travesía se hizo dura, llegando a la zona ordenada, el 4 de mayo. Con las
primeras luces del día tocaste el primer zafarrancho y los aviones que
sobrevolaban el sector te iban marcando las posiciones de las balsas y, gracias
a tu propulsor proel, podías maniobrar fácilmente en todas las aristas.
Aún ahora resulta difícil describir la emoción del encuentro de nuestros
camaradas, sus rostros que denotaban las penurias y particularmente el frío
soportado que calaron sus venas, se conjugaron en un abrazo y en un apretón de
ser humano.
Navegaste cinco días más en la búsqueda esperanzada, marcando un círculo en tu
derrotero hasta llegar cerca de las Islas Sándwich del Sur. La operación implicó
el rescate de 71 compatriotas y 17 cuerpos entregados a la vida eterna.
El 12 de mayo arribaste a Ushuaia y en una emocionada ceremonia desembarcaste a
los camaradas, que luego serían retornados a la zona de Puerto Belgrano.
Tu primera tarea como buque hospital había finalizado y para dar cumplimiento a
las normas fijadas en
El 29 de mayo fuiste alistado y destinado a la zona de
El primer cruce estuvo lleno de incertidumbre por la presencia del adversario en
la zona. El clima en la dotación mientras se realizaba la travesía era muy
particular, los rostros reflejaban una natural preocupación acerca de alguna
eventualidad, el cuando y la forma eran incógnitas a develar. Como contrapartida
existía el convencimiento de estar capacitados para enfrentar cualquier
situación emergente. Eso si, en la intimidad se percibía que
vivían la noche más larga de su historia.
La luz del alba te avisaba que habías llegado al punto coordinado, vale decir a
Navegaste todo el día al sur de esa parte del archipiélago y de pronto te
encontraste que dos helicópteros británicos Sea Lynx sobrevolaban desafiando tu
imponente silueta y el pabellón celeste y blanco.
El contacto inicial fue: “detenga su
marcha, primera inspección”, luego anavizó un Helo y descendieron un pelotón
de ocho británicos fuertemente armados, mientras la otra aeronave volaba
circundando tu estampa.
Finalizada la misma, navegaste para encontrarte con tus pares del otro bando.
Ellos habían constituido un grupo especial integrado por el barco de pasajeros
SS “UGANDA”, buque hospital propiamente dicho y otras tres naves de menor, eran
barcos hidrográficos, los HMS
“HECLA”, “HERALD” e “HIDRA” que cumplían funciones de “buques-ambulancias”.
Estas unidades eran de menor porte y estaban previstas para evacuar heridos al
puerto de Montevideo en primera instancia y posterior traslado al Reino Unido.
Allí iniciaste el primer intercambio de heridos entre ambos bandos,
visitas de cámara, anavizajes y provisión de medicamentos. Ante la sorpresa de
no encontrarte con unidades de guerra hasta ese momento y siguiendo las
instrucciones de los ingleses, enfilaste al principio al Canal de las Águilas y
finalmente entraste al Estrecho de San Carlos.
La navegación en ese tramo te condujo al centro de la bahía donde tenía su
asiento el establecimiento San Carlos. Durante esa navegación pudiste divisar la
Fragata inglesa HMS “ARDENT” que presentaba serias averías, pudiendo ver también
a los barcos de pasajeros SS “CANBERRA” y al SS “QUEEN ELIZABETH”, grandes
buques que habían terminado la descarga de los pertrechos para reforzar la
cabecera de playa recién establecida.
Al salir del canal se escuchaba en forma permanente el ruido de los bombardeos,
al llegar a ese punto recibiste indicaciones de poner proa a la isla de Borbón,
al Norte de las Malvinas. En ella dejaste como refuerzo a un oficial médico y al
mismo tiempo se desembarcaron pertrechos y medicamentos.
El 1° de junio entraste a Puerto Argentino, era un día soleado a lo que se
agregó la calidez de la recepción de nuestros compatriotas, al tiempo que el
fuego antiaéreo propio hacía blanco en un Sea Harrier ingles, para agregar un
motivo más para la bienvenida.
El humo permanente producto del combate y tu silueta blanca enarbolando nuestra
insignia sobre la bahía constituían una magnífica postal de la situación que se
vivía.
Todos los combatientes argentinos, incluyendo los emplazados en las trincheras
agitaban sus manos saludando tu presencia. La permanencia para poder evacuar
heridos estaba acotada a un determinado número de horas, siendo aprovechado
simultáneamente para desplegar tus brazos, extraer y colocar la preciada carga a
las pequeñas unidades que se amadrinaron en las bandas. Fueron cinco horas sin
respiro para ejecutar la tarea citada, mientras proseguía el estruendo de los
cañones y de los bombardeos.
Agotado el tiempo, zarpaste rumbo al continente, evacuando a
todos los heridos del hospital de tierra como así también a los tripulantes del
buque mercante ELMA “RÍO CARCARAÑÁ” y del transporte ARA “BAHÍA BUEN SUCESO”,
que se encontraban con serias averías y encallados.
Sin concederte un descanso arribaste al puerto de Punta
Quilla (Santa Cruz) y teniendo en cuenta que había de esperar la marea favorable
para ingresar, iniciaste la evacuación de los heridos utilizando helicópteros
que debieron cumplir varios vuelos nocturnos.
Finalizada esta tarea te dirigiste para tomar amarras en el
puerto de Santa Cruz, allí urgido por el tiempo comenzaste de inmediato a
embarcar contenedores, pertrechos y
distintos materiales. También se completó la carga con una ambulancia y tambores
de aeronafta, ¡que locura la tuya!.
El 10 de junio efectuaste tu segunda entrada a Puerto
Argentino y de inmediato se armó el rol de sanidad en combate dirigido a
recuperar los heridos y al mismo tiempo fue activado el rol de abastecimientos,
para permitir la descarga de los aprovisionamientos, en especial víveres.
La permanencia esta vez se extendió por dos días durante los
cuales los combates adquirían mayor intensidad y las noches eran iluminadas por
bengalas. Tus cubiertas eran transitadas por los veedores de
Con rumbo sureste saliste comprobando que en la bahía
Agradable, se encontraba el buque de transporte de tropas inglés HMS “SIR
GALAHAD” muy averiado y abandonado cuando intentaba un desembarco con resultado
negativo.
El 14 de junio, llegaste nuevamente a Punta Quilla y mientras
en las Islas se establecía un cese al fuego, fecha histórica pero dolorosa, tu
dotación golpeada por la noticia, te alistó nuevamente recordando que la misión
era “recuperar y producir altas”.
Nuevamente enfilaste hacia las Malvinas y en el trayecto
tuviste que soportar una inspección que efectuó la Fragata británica
HMS “PLYMOUTH”.
Al dejar
El 17 de junio por tercera vez fondeaste en Puerto Argentino.
La desolación y el movimiento de embarcaciones y aeronaves, conjuntamente con el
humo que surgía de la isla, eran los testigos mudos de los hechos ocurridos.
De inmediato comenzaste la tarea de recuperación de nuestros
compatriotas que habían sido capturados, esto ocurría
a medida que iban siendo liberados, hasta llegar a un total de 1.800
hombres.
Haciendo abstracción de la mueca de frustración que denotaban
sus rostros y de los golpes y heridas sufridas por muchos de ellos, a todos
acogiste con afecto, brindándoles un baño reparador, nuevo vestuario y platos de
comida calientes.
Luego hiciste el cruce rumbo a Punta Quilla, totalizando
2.100 almas a bordo. El trayecto demandó 36 horas de emoción y de movimiento,
los servicios debieron funcionar en forma ininterrumpida durante 24 horas para
satisfacer las demandas de tal cantidad de gente.
Todo el personal del buque afectado a los servicios de
vestuario, rancho, panadería, cámaras y camaretas soportó con entusiasmo las
obligaciones propias de cada puesto de trabajo, pues se sentían obligados a
extender su mano a los compatriotas que habían participado activamente en el
conflicto y que trataban de recuperar su identidad y sentirse que estaban bajo
techo argentino.
El 20 de junio, que se presentó como ventoso y frío amarraste
con algunas limitaciones en el puerto de Santa Cruz, posibilitando el desembarco
de nuestros camaradas del Ejército Argentino.
Finalizada esta parte nuevamente te dirigiste a las Malvinas
en el que sería el cuarto viaje, encontrando un activo movimiento de las fuerzas
del Reino Unido, las que continuaban con las operaciones de carga y descarga de
pertrechos militares.
Para regocijo de nuestra parte la mayoría del personal
argentino a repatriar eran camaradas de nuestra propia fuerza, así que ni bien
fueron embarcados el destino fijado era Puerto Belgrano. Sentimos entonces el
orgullo de compartir el viaje con nuestro glorioso Batallón de Infantería de
Marina N° 5, como así también algunos integrantes del destacado Regimiento 25.
El tiempo que duró la travesía se hizo más corto en función
de las múltiples anécdotas y experiencias de todos los actores de la gesta.
El 24 de junio, cuando el sol ya caía en el horizonte,
entraste a Puerto Belgrano y con emoción desembarcaste a los bravos infantes.
Ya en
Como culminación de todas esas vivencias el 27 de junio de
1982 ingresaste a tu asiento natural “Buenos Aires”. Nos aguardó una cálida
recepción brindada por los familiares y amigos que esperaban ansiosos el regreso
de la dotación.
¡Transporte Polar
A.R.A ”BAHÍA PARAÍSO”, tarea cumplida!. No
exagero si se lo califica como coloso de los mares, no existe Unidad
Naval Argentina que en su primer año de vida haya sido receptora de tantas
emociones.
En resumen, operaste durante seis meses continuados, a los
cien días de tu nacimiento abriste tu diario de guerra, navegaste
Extrañamos tu presencia en
Con esta historia, simple pero sentida,
tu Primera Dotación, el Grupo Playa, el Grupo Alfa, |
Navegando en el campo de hielo | Navegando en un desfiladero de témpanos |
Rompehielos A.R.A. "General San Martín" |